El propósito del presente estudio es describir cuál y cómo es el grado de desesperanza aprendida en mujeres víctimas de violencia familiar que aceptaron o rechazaron recibir atención psicológica individual en el Hospital General Celaya. Se llevó a cabo un estudio descriptivo cualitativo, transversal en una muestra de 100 mujeres de entre 18 y 60 años de edad a quienes les fue aplicada la Herramienta de Detección y de Severidad de Violencia Familiar de la Secretaría de Salud y la escala de Desesperanza Aprendida de Beck.

Se encontró que las mujeres con alto grado de desesperanza aprendida que no aceptaron recibir atención psicológica son originarias de comunidades aledañas al municipio de Celaya y cuentan con un grado de escolaridad bajo o nulo. Las mujeres con grado de desesperanza bajo se diferencian de las anteriores únicamente en que la mayoría refiere residir en la ciudad de Celaya. Los resultados reflejan que no es posible predecir que las mujeres que presenten un alto grado de desesperanza alto sí acepten recibir atención psicológica, siendo el tipo, severidad y percepción de la violencia que cada una vive, factores más decisivos para su aceptación de apoyo psicológico. Al ser este un problema de salud de causas multifactoriales, aunque sería ideal, no es posible generalizar un único protocolo de atención que cubra las necesidades individuales de cada una de las afectadas.