Se ha observado una estrecha relación entre la intensidad de dolor percibido y el grado de ansiedad (Ploghaus et al., 2001; Klages et al., 2004, 2006; Van Wijk & Hoogstraten, 2009). Sin embargo, la mayoría de los estudios llevados a cabo para medir la ansiedad y la percepción de dolor se encuentran basados en registros subjetivos como escalas y cuestionarios que son susceptibles de contaminación por modificación voluntaria de los individuos evaluados o de los mismos evaluadores (Carlsson, 1983; Rainero et al., 2000; Levine & De Simone, 1991; Edwards et al., 2001; Kállai et al., 2004; Aslaksen et al., 2007). En el presente trabajo se estudiará  la relación  entre la ansiedad y la percepción del dolor, mediante el uso de métodos psicológicos y psicofisiológicos. Se compararán dos grupos, cada uno de 30 sujetos adultos:  uno de ellos integrado por sujetos ansiosos dentales y un grupo control, a los cuales se les aplicarán  estímulos dolorosos en un órgano dentario, al tiempo que se registrarán el EEG en 19 electrodos,  frecuencia cardíaca y conductividad de la piel. Los sujetos estimarán la duración  y la  intensidad percibida del dolor en una escala ampliamente utilizada. Se comparará el espectro EEG en el período pre y post dolor. Mediante una ANOVA, se realizará una comparación entre grupos (ansiosos dentales y no ansiosos dentales) de los datos obtenidos mediante el uso de EEG, frecuencia cardíaca, conductividad de la piel y la intensidad reportada. Se observará si la electroencefalografía, la frecuencia cardiaca y la conductancia de la piel aportan evidencia objetiva sobre la relación reportada entre la ansiedad y el dolor.