La hipótesis de reserva cognitiva propone cómo los adultos que cursan con una patología asociada a la demencia, son capaces de manifestar de manera tardía alteraciones cognoscitivas secundarias a ésta. Sin embargo, la reserva cognitiva se comprende como la habilidad para optimizar el desempeño en una tarea a través del reclutamiento de redes neuronales que probablemente reflejan el despliegue de estrategias cognitivas alternas. Existe creciente interés en estudiar cómo las variables que conforman tal constructo influyen en los procesos de envejecimiento, las principales son: escolaridad, ocupación laboral y actividades de esparcimiento. Un alto porcentaje de la población del país se encamina a la tercera edad,  por lo que adquiere relevancia conocer si las actividades que han desempeñado a lo largo de la vida, les permite enfrentar el envejecimiento con capacidades neurofuncionales conservadas o eficientes, con el consecuente impacto en su capacidad funcional y calidad de vida. Analizar el funcionamiento cerebral, a través de electroencefalograma cuantitativo y pruebas neuropsicológicas, en adultos sanos con un nivel alto y un nivel bajo de reserva cognitiva. 40 adultos sanos de 50 a 65 años de edad, agrupados como (1) alta reserva y (2) baja reserva, de acuerdo al Cuestionario de Reserva Cognitiva (Rami, et al., 2011). Se trata de un diseño transversal, cuasiexperimental, de comparación de grupos. Se comparará la potencia absoluta, potencia relativa y correlación inter e intrahemisférica de cada banda del electroencefalograma, entre ambos grupos, mediante un ANOVA mixto; se utilizará T de student para comparar los puntajes en pruebas neuropsicológicas que evalúan atención, memoria, velocidad de procesamiento y funciones ejecutivas. Nos encontramos en la captura de la muestra, por lo que se presentarán los registros de una fase de piloteo.