Los problemas de conducta externalizada, constituyen una las dificultades más frecuentes en la infancia; por ello, se requiere contar con instrumentos válidos y confiables que permitan la identificación de los mecanismos que favorecen o inhiben la aparición o desarrollo de estos problemas. La metodología observacional, permite examinar de manera objetiva la forma en que se manifiestan las conductas y posibilita la identificación de patrones de conducta adaptativa o conductas antisociales (Patterson, 1982, 2002). De acuerdo con los planteamientos de Flores, Bustos y Valencia (2013) y Anguera y Blanco (2003), el empleo de esta metodología exige contar con instrumentos de observación a la medida, que permitan registrar toda la gama de conductas posibles. Construir y validar un instrumento de observación de la conducta social en preescolares. Mediante un muestreo no probabilístico por oportunidad (Clark-Carter, 2002) se eligieron a tres diadas, dos diadas madre-hija, y una diada madre-hijo, de las que se realizó un muestreo temporal en cuatro sesiones distribuidas en un mes, (45 minutos de videograbación por diada). El contexto de observación fueron los hogares y un salón de clases. A partir del análisis propuesto por Flores et al (2013), emergieron 10 categorías conductuales con el cual se integró un sistema de registro que permite medir las dimensiones de conductas de adaptación (autorregulación, observación del contexto, ejecución de la tarea) y desadaptación al contexto (Contacto negativo, fastidio, quejarse, mandar, desobediencia), contacto afectivo y otras conductas. Esta investigación implica un sistema de observación sistemática, la cual se caracteriza por la medición de conductas específicas que han sido definidas operacionalmente a priori de manera clara y precisa (Hintze & Matthews, 2004). Este instrumento de observación, podrá ser aplicado en la observación de la conducta interactiva de los preescolares.