La relación entre depresión y demencia es compleja y ha sido tema de debate recientemente, debido a que las alteraciones cognitivas pueden ser encontradas en ambos padecimientos. La enfermedad de Alzheimer es una condición neurodegenerativa  caracterizada por deterioro cognitivo, conductual y del funcionamiento global, con un inicio insidioso y curso progresivo que aparece principalmente en la vejez. Por otro lado, la depresión es un trastorno del estado de ánimo que en altos niveles de gravedad muestra en adultos mayores alteraciones cognitivas significativas que pueden confundirse con un síndrome demencial. Se reporta el caso de una mujer de 75 años de edad con datos de un probable trastorno depresivo mayor y con quejas de pérdida de memoria desde hace 3 años. A la evaluación neuropsicológica se observan alteraciones cognitivas importantes en el funcionamiento mnésico además del funcionamiento ejecutivo, caracterizados por: una deficiente capacidad de aprendizaje de nueva información con respecto a lo esperado para su edad y nivel de escolaridad, una pérdida importante de elementos visuales y auditivos a corto y largo plazo, además de una significativa presencia de perseveraciones e intrusiones, con un marcado déficit en el automonitoreo. Como apoyo los estudios de neuroimagen muestran disminución del volumen cortical en regiones temporoparietales bilateral, así como hipoperfusión asociada a dichas zonas. Con los resultados de la evaluación neuropsicológica en correlación con las dificultades en las actividades de la vida diaria, más los estudios de neuroimagen, se puede apoyar el diagnóstico de posible demencia tipo Alzheimer, descartando el de pseudo demencia por depresión.