México está inmerso en un clima de violencia a partir de la “Guerra contra el narcotráfico” iniciada por Felipe Calderón. Una de sus formas es la desaparición, contando, según cifras oficiales, más de 40 mil desaparecidos. La desaparición se une a las condiciones sociales y el sinsentido que emana de las instituciones gubernamentales encargadas de castigar, perseguir o encontrar, provocando efectos en las familias de desaparecidos. La investigación académica se ha centrado mayormente en la desaparición, sin tomar en cuenta la historia familiar y personal, además del contexto social en el que ocurren. La teoría psicoanalítica permite poder hablar de un psiquismo transformable, además de la influencia del imaginario social y la realidad como necesaria para dotar de sentido lo intra e intersubjetivo, posibilitando analizar los efectos que ocurren dentro de las familias de desaparecidos.

El objetivo es analizar a partir del discurso familiar los efectos psicosociales de la desaparición y sus impactos en las formaciones intersubjetivas familiares. El supuesto de la investigación es que no sólo la desaparición tendrá efectos a nivel afectivo e intersubjetivo, también el contexto social de violencia, la impunidad, la revictimización y los estigmas alrededor también influirán en la estructura familiar.

Estudio de corte cualitativo, utilizando entrevistas a profundidad a una familia con una persona desaparecida. Análisis tipo interpretativo, buscando comprender la experiencia familiar, el antes y después de la desaparición, la manera en cómo narran, significan la desaparición y se relacionan entre ellos.

Las familias hablan de la afectación y cómo han cambiado sus vidas y dinámica familiar, donde la búsqueda del desaparecido ocupa toda su vida, sintiendo que no pueden hacer otra cosa.

La desaparición y sus consecuencias instauran nuevas maneras de organización dentro de la familia, siendo que el desaparecido está muy presente y los presentes están desaparecidos dentro de la familia.