Conforme las mujeres se han incorporado a espacios profesionales y laborales, aparecen diversos estudios que dan cuenta de los obstáculos y complejidades a las cuales se enfrentan en el desarrollo de sus carreras: discriminación de género (OIT, 2014), acoso sexual (ENDIREH, 2011) y barreras tanto estructurales como subjetivas (Burín, 2011) principalmente. Recientes investigaciones respecto al tema (Lamas, 2015; Mavin, Williams, y Grandy, 2014; 2016; 2017), se han percatado de que uno de los obstáculos que enfrentan las mujeres son sus relaciones con otras mujeres dentro del área de trabajo, a la vez que encuentran que cuando las mujeres se solidarizan y colaboran juntas es más fácil hacerle frente a un sistema laboral que históricamente ha sido un contexto hostil de diversas formas para ellas (González, 2012). Sin embargo, debido que el estudio de las relaciones entre mujeres ha sido primordialmente desde una perspectiva evolutiva (Douglas, 1992; Campbell, 2004; Griskevicius, Tybur, Gangest et al 2009; Wilson, 2011) para autoras posicionadas desde la perspectiva de género no se ha desarrollado una comprensión amplia de los diversos factores imbricados relacionados a un orden histórico, sociopolítico y genérico (Lagarde, 2012; Lamas, 2016; Mavin, Williams, y Grandy, 2017). Esta investigación tiene como objetivo ahondar en las dinámicas relacionales entre mujeres en un contexto laboral con la finalidad de contribuir a visibilizar las prácticas de solidaridad, apoyo y, en el mejor de los casos de sororidad y de qué manera se posibilitan y obstaculizan dichas prácticas. Para ello se empleará una investigación cualitativa mediante el uso de una fenomenología interpretativa y el método biográfico de relatos de vida (Díaz, 1999) con la técnica de entrevistas semiestructuradas a 12 mujeres que trabajan en una empresa.