Quienes fuman han aprendido que el tabaco evitará el afecto negativo (AN) (O’Connell, et. al., 2004); también, se sabe que tanto el AN como el afecto positivo (AP) se relacionan significativamente con el consumo de tabaco (Audrain-McGovern, et al., 2014; Bränström, Penilla, Prez-Stable & Muñoz, 2010). El objetivo de esta investigación fue evaluar si los puntajes de AP y AN durante una intervención para dejar de fumar se asocian con el patrón de consumo (PC) al finalizar la intervención y en los seguimientos (1,3 y 6 meses), como objetivo específico se plantea comparar los resultados anteriores entre una intervención presencial y una distancia. Se presentan resultados de 17 personas que tomaron la intervención breve motivacional para dejar de fumar (Lira-Mandujano, Cruz-Morales y Ayala-Velázquez, 2012); y contestaron semanalmente el PANAS (Robles y Páez, 2003), para evaluar AP y AN. De la evaluación inicial al tercer seguimiento, el AP pasó de 29.12 a 32.24 y el AN pasó de 23.94 a 21.59; el PC pasó de 2.53 a 0.81. Los puntajes del PANAS (última semana) predicen significativamente al PC de la evaluación final y los tres seguimientos, con r de 0.31 a 0.50, el puntaje de AP de la 3° semana de tratamiento predijo  un 50% el PC del tercer seguimiento (F=15.2, p<0.05; B=-.709). Se sugiere que las intervenciones de tabaco incluyan componentes que incidan y evalúen el AP pues se relaciona con el mantenimiento de PC al terminar un tratamiento. Se pretende comparar estos resultados con los obtenidos en un tratamiento telefónico para dejar de fumar.