La paternidad se construye día a día a través de las prácticas cotidianas que los hombres realizan. Esta paternidad se complejiza en situaciones de separación conyugal, donde las prácticas de cuidado, las visitas con los hijos, el aporte económico, las obligaciones y derechos respecto a los hijos/as se tienen que negociar con la pareja. La forma en que los varones negocian el tiempo de convivencia permea sus vidas a nivel emocional y de cuidado de sí. Por lo que el objetivo es  analizar las emociones y prácticas de cuidado en varones en condición de separación conyugal.

Este estudio tuvo una mirada cualitativa en donde se empleó como técnica de recolección de datos la entrevista semiestructurada, indagando las prácticas de cuidado. El tratamiento de los datos se realizó mediante a las trayectorias de vida de los participantes.

Se encontró que las emociones que están presentes en el ejercicio de la paternidad funcionan como un dispositivo para la acción social, por lo que las prácticas de cuidado de los participantes están permeadas por emociones que permanentemente están en juego en toda participación de los individuos. Los padres buscan implicarse más en la vida de los hijos de forma más afectiva y en sus prácticas de cuidado que tienen con ellos y sus hijos/as.

Los datos muestran que, para este padre, una preocupación constante es la proveeduría la cual cubre permanentemente, pero, sobre todo, busca la manera de estar presente con sus hijos a través de proveer los cuidados que él considera necesarios como alimentación, entretenimiento, la compañía, educación e impartición de valores. La separación conyugal es una de las trayectorias de vida que más impactan a los varones ya que les hace cuestionarse su identidad como hombres y padre y les obliga a restructurar la manera de relacionarse con los hijos/as y la pareja