En el análisis de la conducta se ha intentado controlar la ocurrencia del beber inducido por el programa con estímulos diferentes de la comida. El paradigma del estímulo intrusivo sugiere que el control que adquiere un estímulo depende de la relación temporal que se establece entre su presentación y la entrega del reforzador subsecuente (Farmer & Schoenfeld, 1966).  Sin embargo, los estudios que han extendido este paradigma al caso del beber inducido han reportado efectos pocos claros del estímulo sobre esta conducta. Se averiguó si el control que adquiere un estímulo neutral sobre el beber inducido depende de la secuencia de presentación del estímulo dentro del intervalo entre reforzadores. Se expuso a cuatro ratas a un programa de reforzamiento intervalo fijo 64 s para obtener comida. Concurrentemente, cada presión a una segunda palanca resultó en la entrega de 0.4 ml de agua. En condiciones sucesivas se añadió y varió la ubicación temporal de un estímulo neutral de 8 s dentro del intervalo entre reforzadores. Para dos ratas en la primera condición experimental el estímulo se presentó 48 s después de la entrega del reforzador subsecuente contado a partir del inicio de la presentación del estímulo hasta la entrega del reforzador subsecuente (intervalo estímulo-reforzador). En condiciones sucesivas alargó el intervalo estímulo-reforzador en 40, 32 y 24 s antes de la entrega del reforzador subsecuente. Para las otras dos ratas, el intervalo estímulo-reforzador se estableció primero en 24 s y en condiciones sucesivas se alargó a 32, 40 y 48 s. Se probó cada intervalo estímulo-reforzador 10 sesiones con 50 reforzadores cada una. Variar la duración del intervalo estímulo-reforzador moduló la tasa de respuestas y el consumo promedio de agua. El efecto que tiene un estímulo depende de la relación temporal que se establece con la entrega del reforzador precedente y subsecuente.