La conducta antisocial se genera y mantiene en un contexto de interacciones coercitivas. Estas interacciones tienen la función de terminar y/o evitar las demandas, expectativas o conflictos potenciales de los demás. La conducta antisocial cambia a lo largo del desarrollo por lo que es relevante analizar los patrones de interacción en diferentes grupos etarios.  El objetivo del presente estudio fue analizar los patrones de interacción en diadas madre-hijo con y sin problemas de conducta. Participaron 12 diadas madre-hijo, cuatro de niños preescolares, cuatro escolares y cuatro adolescentes. De forma remota, se realizaron tres sesiones de observación directa de la interacción entre madres e hijos en tres situaciones: alta demanda, baja demanda y de interacción independiente. Se realizó un registro secuencial de las interacciones para cada situación analizándose la probabilidad condicionada de cada categoría conductual dada una segunda categoría. Se obtuvieron los índices de efectividad, correspondencia y reciprocidad tanto del niño/adolescente como de la madre para cada contexto de interacción. Durante la actividad de alta demanda se observaron mayor número de interacciones negativas en las diadas con problemas de conducta, en contraste con las diadas de comparación. Las interacciones coercitivas de las diadas de preescolares y escolares iniciaban por parte de la madre, mientras que en el caso de adolescentes iniciaban por parte del hijo. Los niños y adolescentes con problemas de conducta resultan menos efectivos en sus interacciones positivas, contrario a las interacciones coercitivas. Existe mayor simetría en las interacciones prosociales en las diadas de comparación que en las diadas de riesgo.  Topografías características de conductas de oposición tiene una función de escape respecto a estrategias coercitivas de los padres, generando conductas agresivas por parte de niños y adolescentes. Estudios adicionales serán necesarios para analizar la estabilidad o cambio de estos patrones a lo largo del tiempo.