CUVED | Divulgación de la Ciencia, VIII Congreso de Posgrado en Psicología | UNAM (2014)

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IDENTIDAD CULTURAL DE METSIS DE UNA COMUNIDAD HÑÄ HÑU DEL ESTADO DE MÉXICO
Iris Rubí Monroy Velasco, Corina Benjet Miner, Emily Ito Sugiyama, Catalina González Forteza

Construir: Edificio B
Sala: Sala B
Fecha: 2014-10-22 11:15  – 12:30
Última modificación: 2014-10-13

Resumen


La emergencia de las diversidades sociales y la búsqueda de las sociedades interculturales como respuesta a la globalización, han influenciado las transformaciones culturales que se han gestado los últimos años. La identidad se ha estudiado desde diferentes miradas teóricas; a) esencialista, donde la identidad es una esencia suprahistórica, un atributo natural inamovible e inmutable con el que nacen y se desarrollan las identidades que determinan la vida de los individuos y las sociedades; b) culturalista, en donde la cultura es una conducta aprendida, que se vuelve herencia social y que va a determinar las conductas de los individuos, desde muy temprano mediante los procesos de socialización, donde se aprenden las normas, los principios que regulan la conducta y modelan la identidad; c) primordialista, la pertenencia al grupo constituye una de las más importantes pertenencias sociales; d) objetivista, se centra en los rasgos culturales manifiestos, perceptibles, observables que determinan la identidad cultural de un pueblo;                          e) subjetivista, la identidad es un sentimiento de pertenencia a comunidades imaginadas que están determinadas por las representaciones que sus miembros se hacen sobre éstas y por último,  f) constructivista y relacional, la identidad es una construcción social y dialéctica que constantemente están cambiando (Cuche, 1996).

 

Estas miradas teóricas han permitido desarrollar diferentes investigaciones, de hecho han sido fundamento para ellas. En el caso de esta investigación la mirada teórica desde la que se trabaja tiene que ver precisamente con la culturalista y la subjetivista en donde el individuo se encuentra consciente que está situado en un grupo cultural étnico y que también existen grupos externos que están influenciado su elementos culturales y sus percepciones cambian o se modifican dentro y fuera de su comunidad.

 

En México la riqueza y complejidad de los grupos étnicos hacen que la sociedad y la historia de éstos sean un campo privilegiado para la investigación. Ocupamos el octavo lugar en el mundo con mayor cantidad de pueblos indígenas, los cuales se encuentran integrados por más de 13 millones de personas, pertenecientes a 62 diferentes grupos étnicos, es decir, más de la décima parte de la población mexicana, entre ellos se pueden encontrar a los jóvenes, quienes se han convertido en un área de investigación (PNDPI, 2001-2006).

 

Esta investigación se desarrolló con jóvenes de una comunidad Hñä Hñu del Estado de México, los otomís se autodenominan como hñä hñu que significa los que hablan otomí. Los otomíes son uno de los cinco grupos étnicos más representativos del Estado de México, se encuentran ubicados en las zonas altas del Valle de las Cruces, en la zona ubicada como Mazahua-Otomí en el municipio de San Bartolo Morelos. La comunidad cuenta con alrededor de 3,225 habitantes, de los cuales de acuerdo con el Censo General de Población y Vivienda (INEGI, 2010) 2,188 son indígenas y están estrechamente unidos por parentesco. Se encuentra dividida por dos barrios y 16 parajes, está considerada con un grado alto de marginación, la mayor parte de las viviendas cuentan con agua entubada y electricidad; sin embargo, más de la mitad no tienen drenaje ni sanitarios (COESPO, 2010). Según estadísticas de COESPO (2010) en esta comunidad existen 256 jóvenes de 15 a 17 años, de los cuales, 127 son hombres; solo 69 acuden a la escuela y 129 son mujeres; 71 acuden a la escuela. El quinto grado de primaria es el promedio de escolaridad que se tiene en la comunidad. La migración también es un tema importante, dado que, quienes salen en su mayoría son los hombres a partir de los 16 años. A esta edad, suelen adquirir nuevas responsabilidades como puede ser el nacimiento de un hijo.  Los empleos usuales son: ayudantes de albañil, cargadores, “camoteros†(comercialización de camotes y plátanos fritos) o se dedican al comercio informal en diferentes ciudades, las más frecuentes son Ciudad de México, Pachuca y Toluca, aunque algunos otros se van a los Estados Unidos. En cuanto a las mujeres, la migración se da en menor proporción. La edad de migración es entre los 16 y 18 años y trabajan en el servicio doméstico y atendiendo comercios tales como: cremerías, tiendas de ropa, ciber-cafés y papelerías. También algunas se dedican al comercio informal. Tanto los hombres como las mujeres entiende algunas palabras en otomí pero no la hablan como tal porque no saben la pronunciación. Pero si reconocen que a ellos, en otomí se les llama “metsi†que es una manera de designarlos como tal.

 

La juventud indígena en México comprende un sector demográfico importante sin embargo, su investi­gación en años anteriores ha sido casi inexistente tanto en los estudios sobre juventud y culturas juveniles. Se consideraba que entre los indígenas primaba el tránsito inmediato entre la niñez y la adultez (Pérez Ruíz, 2007). En la actualidad, la atención sobre este sector ha ido creciendo, al grado de que los jóvenes de pueblos indígenas son un tema recurrente en las investigaciones, las razones son varias y de distinto orden, entre las que se encuentran: 1) El peso demográfico en áreas rurales y urbanas, que genera demandas por educación y servicios culturales. 2) Su visibilidad en las ciudades y en los sitios de migración debido a sus peculiaridades. 3) Su proclividad al cambio cultural por lo que representan un amplio y atractivo sector como consumidores. 4) Son percibidos como sector estratégico: a) por su participación en movimientos armados o de oposición política a los gobiernos nacionales; b) por su incorporación a organizaciones delictivas y al narcotráfico, y c) porque en ellos estará el control de gran parte de los recursos naturales (Pérez Ruiz, 2011).

 

Es por ello, que el  objeto de estudio de esta investigación es la identidad cultural de las metsis, la cual constituye un proceso sociopsicológico de comunicación cultural, donde existe una constante interacción entre la cultura y la identidad (García y Baeza, 2002). La identidad implica que los individuos o grupos de individuos se reconozcan históricamente en su propio entorno físico y social, es ese constante reconocimiento el que le da carácter activo a la identidad cultural.

 

Por lo tanto, el objetivo de esta investigación fue analizar los elementos culturales que los y las jóvenes están integrando a su identidad cultural. El método que se siguió para desarrollar la investigación fue de corte cualitativo, se utilizó la técnica de grupos de discusión,  en la cual, las participantes se vuelven las actoras en sí, las que van a generar el discurso como tal a raíz de la temática de identidad cultural (Ibañez, 1979). Se trabajó con 32 jóvenes, 15 mujeres y 17 hombres, con edades entre 15 y 28 años, solteros, de diferentes parajes, estudian y/o trabajan y hablan español. Los grupos de mujeres estuvieron divididos en dos grupos: Grupo 1. Mujeres (CoBaEM) Integrado por cinco mujeres, de cuarto y sexto semestre, sus edades 16 y 18 años. Se realizaron dos sesiones. Esta institución a la que acuden a estudiar está dentro de la comunidad y Grupo 2. Mujeres (Estudiantes de Licenciatura) Integrado por ocho mujeres: una egresada de la Licenciatura en Educación Preescolar y las demás aún estudiando (Gestión Empresarial, Sistemas Computacionales, Arquitectura, Turismo, Trabajo social, Derecho y Educación Preescolar). Los grupos de hombres fueron dos: Grupo 3. Hombres (CoBaEM). Integrado por siete hombres, de cuarto y sexto semestre, sus edades son entre 16 y 17 años. Grupo 4. Hombres (“Camoterosâ€). Integrado por seis hombres, su ocupación principal es el “Oficio de ser Camotero o Carrito de Camotesâ€, sus edades son entre 18 y 28 años. Solo uno es casado (26 años) y los demás solteros. Su grado máximo de estudios es Bachillerato. Se realizaron dos sesiones. De los y las jóvenes que estudian sus escuelas se encuentran fuera de la comunidad. El análisis de la información se realizó mediante un análisis tópico-nuclear propuesto por Ibañez (1979) y una categorización de acuerdo a las categorías de análisis que se plantearon teóricamente sin dejar de lado las nuevas categorías que se obtuvieron una vez realizados los grupos de discusión.

Al analizar la información se encontró que uno de los elementos principales dentro de su identidad son los valores, mencionan que sus padres les inculcan los valores del respeto, la responsabilidad, la no discriminación a ninguna persona, la solidaridad o el trabajar para la comunidad, pero que ellas se han vuelto convenencieras y que cuando les interesa o necesitan los practican, por otro lado, también mencionan que la escuela les cambia sus formas de convivencia y marca cierta influencia en sus valores:  “…. cuando dicen… no tienen ni educación en las comunidades más humildes y yo digo que no, es al contrario…  hay mas valores en las comunidades más humildes que en las más… aquí (centro del pueblo) no estamos tan modernos ni nada pero  ya se está perdiendo mucho los valores y si no es necesario irse hasta el DF para traer malos modales, sino nosotros mismos aquí cerca en nuestras escuelas… ya no hay tantos valores, no se respetan los valoresâ€. Con respecto a la vestimenta ya no usan el traje típico de las otomíes sin embargo aún tienen blusas que ellas o algún familiar les ha bordado. En cuanto a la lengua otomí, solo saben algunas palabras y entienden algunas otras pero no lo hablan cotidianamente, solo a veces con sus abuelos o padres pero no entre ellas. Sus elementos culturales se han transformado con respecto a lo que su grupo étnico ha conservado a lo largo del tiempo y como grupo de mujeres jóvenes siguen practicando algunos de estos como el respeto, el sentido comunitario, la convivencia entre parajes y ellas como grupo de mujeres jóvenes se dan a conocer ante la comunidad como de las primeras mujeres que estudian tanto el bachillerato como la licenciatura. También, la identidad cultural se relaciona con el ámbito laboral (trabajan desde los ocho años de edad, en la actualidad ayudan a los padres en la manutención de la casa, así como en las necesidades propias) en donde a pesar de optar por seguir estudiando el bachillerato y la universidad, han conservado su trabajo efectivo y solidario aunque el sistema escolar priorice lo individual.

 

Los y las jóvenes ocupan un lugar clave dentro de la sociedad porque son los actores y promotores de ideas, creencias y legados culturales que sus antepasados han enseñado pero también quienes están en posibilidad de seguirlos o modificarlos. En su cuerpo y en su mente existe una tensión entre continuar con las tradiciones, o bien, optar por nuevas maneras de identificarse tanto dentro como fuera de su comunidad porque existe cierta influencia de los diferentes escenarios en los que se desenvuelven, tales como: la escuela, el trabajo y los medios de comunicación. La tradición y la transformación son así parte de ese proceso identitario que para el grupo estudiado, identifica a las metsis y las hace diferentes tanto al interior como al exterior de la comunidad. Se reconocen, se asumen y se dejan ver en la interacción con los otros como mujeres jóvenes otomíes porque saben y tienen muy claro que ése es su origen, el cual está siendo permeado por sus valores, festividades, rituales, alimentación, bordados y sobre todo por el trabajo que intrínsecamente realizan en beneficio de la comunidad, algo que sin duda es una gran enseñanza y un punto de reflexión ante nuestro actuar. En cada una de las sesiones de los grupos de discusión era asombroso como describían cada uno de los elementos, de los momentos, de los lugares que habían compartido como mujeres jóvenes dentro de la comunidad, que habían vivido y que reconocían y afirmaban en grupo que era parte de su identidad cultural.

Dado que, la prioridad fue cuidar la integridad física y psicológica de las jóvenes que participaron en la investigación se tomaron en cuenta las siguientes consideraciones éticas: la confidencialidad, explicar los objetivos de la investigación y detallar las actividades que van a realizar dentro de la misma en caso de que decidieran participar. Del mismo modo, se les dijo que las sesiones serían audiograbada para recuperar toda la información brindada.


Citas


Censo General de Población y Vivienda (2010), México.

Consejo Estatal de Población del Estado de México (COESPO), con base al Censo de Población y Vivienda 2010, INEGI.

Cuche, D. (1996). Culture et identité, en La notion de culture dans les sciencies sociales. París, La Découverte.

García, C. y Baeza, R. (2002). Identidad cultural e investigación: hacia los pasos una vez perdidos. Cuba, La Habana: Centro de InvestigacioÌn y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello.

Ibañez, J. (1979). Más allá de la sociología. El grupo de discusión: teoría y crítica. España: Siglo XXI.

Pérez Ruíz, M.L. (2007). El problemático carácter de lo étnico. En CUHSO: Cultura/Hombre y Sociedad, núm. 13, Centro de Estudios Socioculturales-Universi­dad Católica de Temuco, Temuco, pp. 35-55.

Pérez Ruíz, M.L. (2011). Retos para la investigación de los jóvenes indígenas. Alteridades. 21 (42) 65-75.

PNDPI (2001). Programa Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas 2001-2006. México, D.F.