Última modificación: 2021-01-08
Resumen
I. Antecedentes y justificación del estudio
En cualquier espacio terapéutico, el posicionamiento ético del terapeuta tiene efectos importantes en su trabajo. El posicionamiento ético basado en las ideas de la Modernidad asume que vivimos en un mundo en el que la ética puede aplicarse como un criterio uniforme, singular y consistente; considera al individuo como un ser aislado, con una subjetividad particular, al que se le adjudica por completo la responsabilidad de sus acciones. Por otro lado, la ética relacional alimentada por las ideas de la construcción social y la posmodernidad, reconoce e incluye la multiplicidad de perspectivas y ordenamientos morales que se construyen relacionalmente; donde el terapeuta es considerado un ser interdependiente, con una responsabilidad dirigida hacia sí y hacia los otros.
II. Objetivo | Hipótesis
Explorar la forma en que las intervenciones del terapeuta, desde una ética relacional o moderna, van moldeando la relación con el consultante para promover o limitar el cambio.
III. Metodología
Investigación cualitativa de estudio de caso con enfoque fenomenológico-hermenéutico, en la que se analizan las intervenciones de la terapeuta y las respuestas de la consultante en la grabación de cuatro sesiones (videollamada) de un proceso terapéutico que se trabajó desde el modelo de terapia breve centrado en problemas, dentro de la Residencia en Terapia Familiar de la UNAM.
IV. Resultados
Las intervenciones de la terapeuta y las respuestas de la consultante se organizaron en cuatro categorías con seis subcategorías cada una: intervenciones desde la ética relacional (curiosidad, perspectivas múltiples, cuidado); respuestas a la ética relacional (agencia personal, ampliar alternativas, reconocer avances); intervenciones desde la ética moderna (conocimiento experto, neutralidad, dominio técnico): respuestas a la ética moderna (buscar validación, ampliar la queja, limitar respuestas).
V. Discusión y Conclusiones
Cuando el terapeuta se posiciona desde la ética relacional promueve un espacio terapéutico éticamente reflexivo en donde se crean conversaciones contextualizadas, se coordinan los múltiples discursos y se amplían las posibilidades para el cambio.