Última modificación: 2021-01-08
Resumen
Los conocimientos de la neuropsicología clínica y la psicoterapia permiten tener una lectura más completa de las problemáticas de los pacientes, pues el abordaje de cada caso ya no se constriñe a sólo las funciones cognitivas y mecanismos cerebrales o a los pensamientos, emociones y comportamiento, sino que se transforma en un atención más integral. Así, se complementan en vez de minimizarse o anularse uno a otro. De esta forma los casos pueden ser atendidos con mayor eficacia y eficiencia, lo que resulta en beneficio para los pacientes.
La evaluación a través de pruebas neuropsicológicas y el análisis psicoterapéutico desde el modelo cognitivo-conductual nos ofrecen datos que nos ayudan a generar diagnósticos más completos, y con ello diseñar intervenciones más precisas para impactar de forma positiva en la calidad de vida de los pacientes.
El tratamiento de pacientes con el conocimiento de ambas áreas de la psicología ayuda a que los pacientes puedan tener mayor certeza de la causa de los problemas que los aquejan. No sólo por la evaluación desde las dos áreas, sino por que se puede entender el impacto de tratamientos farmacológicos, de los trastornos mentales en la anatomofisiología cerbebral y de cómo los pensamientos y emociones son importantes dentro de la rehabilitación de pacientes con daño cerebral.
La integración de la información, conocimientos y metodologías de la neuropsicología clínica y la psicoterapia cognitivo-conductual genera una visión más holística en la atención de las personas, permitiendo brindar una atención de mayor calidad y entendiendo al ser humano como un ser biopsicosocial.