Tabla 1
Significados y representaciones del bajo rendimiento académico a nivel superior por redes semánticas naturales
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Autor(es) | Ma. Estela Flores Ortiz Marco Aurelio Morales Ruiz Josué F. Rojas Mora e Ivonne Merino Gutiérrez |
Contacto | estela_fo@hotmail.com; marco@correo.com |
Tipo de Contribución | Artículo Empírico |
Referencia | Revista Digital Internacional de Psicología y Ciencia Social Vol. 6, Núm. 2, 2020. |
RESUMEN
Con el objetivo de conocer similitudes y diferencias de los significados psicológicos y representaciones de “alumno con bajo rendimiento académico” y “causas del bajo rendimiento”, se efectuó un estudio descriptivo y exploratorio. Participaron 120 estudiantes de recién ingreso a la carrera de Medicina y 23 profesores del módulo de Práctica Clínica. La técnica utilizada fue “redes semánticas naturales”. Se elaboró una matriz con la frase “estímulo”, donde alumnos y profesores colocaron las palabras definidoras y las jerarquizaran. En los resultados se encontró que para ambas poblaciones “alumno con bajo rendimiento académico” es representado por causas como: desinterés, flojera, con problemas, que no estudia, estresado. Los alumnos, por medio de los significados psicológicos expresados, se asumen como únicos responsables; en cambio los docentes se consideran corresponsables, así como a la institución. Se concluye que es necesario considerar los significados y las representaciones como referentes centrales para la intervención del bajo rendimiento académico.
Palabras Clave: bajo rendimiento académico, redes semánticas, significados psicológicos, representaciones.
ABSTRACT
With the aim of knowing similarities and differences of the psychological meanings and representations of “student with low academic performance” and “causes”, a descriptive and exploratory study was carried out. 120 new students of the medical career and 23 teachers of the clinical practice module participate. The technique used was the “natural semantic networks”. A matrix with the words stimulus was elaborated, where students and teachers placed the defining words and hierarchized them. In the results it was found that, for both populations, “student with low academic performance” is represented by causes such as: disinterest, laziness, problems, not studying, stressed. The students, through the expressed psychological meanings, assume themselves as the only responsible, instead the teachers are considered co-responsible, as well as the institution. It is concluded that it is necessary to consider meanings and representations as central referents for the intervention of low academic performance.
Keywords:low academic performance, semantic webs, physcological meanings, representations.
INTRODUCCIÓN
En México el bajo rendimiento académico a nivel superior es un problema que preocupa a diversos sectores de la sociedad. Los políticos se cuestionan acerca de la pertinencia del presupuesto otorgado a la educación. Los inversionistas de las escuelas privadas dudan de que su inversión sea rentable económica y socialmente (Monsalve, 2016). Muestra de ello es el comportamiento de la generación que inició su educación primaria en el año 2000. De acuerdo con el seguimiento efectuado y reportado por la Secretaría de Educación Pública (2017), de cada 100 estudiantes sólo concluyeron una carrera profesional 23, lo cual implicó una pérdida económica de 45,788,856,504 pesos en ese periodo. Asimismo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) indicó que México comparte con Turquía el primer lugar en abandono de alumnos universitarios, que se presenta en los semestres iniciales con un índice de deserción de 7.5 a 8.5%; además, los que continúan sus estudios sólo 38% logran titularse (Hernández, 2015).
La situación anterior también preocupa a las autoridades de las universidades porque el rendimiento académico es deficiente. Según Morales, Morales y Holguín (2016), una parte de la población estudiantil finaliza sus estudios con promedio bajo, otros concluyen sus planes de estudio en un número mayor de años que los reglamentados, reprueban y/o repiten materias, semestres o años escolares, interrumpen sus estudios temporalmente o desertan. Por tal motivo el compromiso adquirido con la UNESCO (2015) de formar profesionistas con calidad humana, éticos y altamente capacitados, encaminados a intervenir en problemas sociales como pobreza, salud y bienestar, igualdad de género, trabajo decente y crecimiento económico, producción y consumo responsables, acción por el clima y la paz, y la justicia sólo se cumplirá de manera parcial.
También para los padres o tutores es una preocupación constante porque todas sus expectativas están depositadas en el ideal de que el hijo(a), al tener una carrera, logrará estándares más altos en su calidad de vida; además de ver cristalizar sus sueños, por medio del logro de sus hijos, y comprobar que sus esfuerzos valieron la pena, pues serán materializados en un futuro mejor para ellos. Expectativas que no siempre se cumplen y, en consecuencia, tienen efectos contrarios. También para el estudiante es una situación compleja no lograr los objetivos y anhelos de sus padres porque se evidencian como “fracasados”.
Afirmando el planteamiento mencionado de la UNESCO, el INEGI (citado por Hernández. 2015) indica que en México ocho de cada 100 alumnos concluyen sus estudios profesionales. Autores como Román (2013) y López, Beltrán y Pérez (2014) consideran que el abandono escolar es una de las causas que se presenta con mayor frecuencia durante los primeros semestres. Sumado a lo anterior se encuentran la falta de recursos económicos, no estar en la carrera de su elección y las carencias en su formación que impactarán en su rendimiento académico.
A la situación del abandono también contribuye el bajo rendimiento académico que propicia una autoestima y autoconcepto pobre, además de ser excluidos de beneficios institucionales como becas, oportunidades para seleccionar a sus grupos y hospitales para su formación (Román, 2013).
Respecto al bajo rendimiento académico
La mayoría de las investigaciones dirigidas a indagar acerca del bajo rendimiento académico toman como punto de referencia las calificaciones para indagar respecto a los factores que lo generan (Caballero y Palacio, 2007, citado por Lamas, 2015; Morales et al., 2016; Hernández, Martín, Lorite y Granados, 2018). Los intentos para dar respuesta a la pregunta “¿Por qué hay estudiantes que obtienen bajas calificaciones?” han atravesado por al menos dos momentos: 1) esta problemática simple ha sido abordada por profesionales de la Psicología, la Pedagogía y la Medicina que la estudian desde una mirada unidisciplinaria; entre los factores analizados están la inteligencia (Almeida, Guisande, Primi y Lemos, 2008; Flores, Sánchez y Guarneros, 2009), personalidad (Cuadra, Veloso, Marambio y Tapia, 2015), alimentación (Zúniga, Pizarro, Escudero y Honores 2018), actividad laboral (Carrillo y Ríos, 2013), ambiente (Flores y Landázuri, 2007), subjetividad (Toledo, Sosa, Aguilar y Colín, 1998; Flores, Rivera y Sánchez 2016), familia (Torres y Rodríguez 2006; Chong, 2017; Bullón, Campos, Castaño, Del Barco y Del Río, 2017; Fajardo, Maestre, Felipe, León del Barco et al. 2017), y aspectos socioculturales y económicos (Suárez, Elías y Zarza, 2016), entre otros; los resultados evidenciaron la relación o no de los factores, pero todos concluyen que incidir en sólo un factor, no garantiza la solución del problema, por lo que es fundamental que el abordaje del bajo rendimiento académico sea multifactorial y multinivel (Flores y Sánchez, 2012; García, López y Frutos, 2014), y 2) ante el panorama de un problema complejo, las investigaciones tuvieron una tendencia multifactorial e interdisciplinaria (Margot, 2006; Flores, Morales y Landazuri, 2007; Flores et al., 2009; Erazo, 2012; Flores y Sánchez, 2012; Flores y Sánchez, 2014; Vásquez et al., 2012; Hernández, 2016). conceptualizando al rendimiento académico como el producto del entramado de los diversos elementos (biológicos, psicológicos, sociales, pedagógicos y ambientales) que se entretejen en los niveles individual, grupal e institucional, y donde la subjetividad da sentido y significado a la vida; esta perspectiva permitió analizar y reflexionar acerca de la importancia de que sea el alumno, personaje principal en el proceso educativo, quien exprese opinión respecto al bajo rendimiento académico (Méndez, 2017); a partir de ese momento cada vez es más frecuente considerar el punto de vista del alumno como fuente primordial de información para profundizar en la problemática e intervenir en ella por medio de investigaciones cualitativas y mixtas (Quintero, 2016).
En síntesis, con la finalidad de dar respuesta a la pregunta “¿Por qué se da el bajo rendimiento académico?”, en el transcurso de la historia se han desarrollado estudios unidisciplinarios y multidisciplinarios acerca de los factores que desde el punto de vista del investigador lo genera; se ha abordado tanto a los alumnos, profesores y autoridades, así como factores psicológicos, biológicos, pedagógicos y sociales, pero no se han registrado estudios de los significados y representaciones que tienen los alumnos y profesores en el bajo rendimiento académico.
Sobre los significados psicosociales y las representaciones
Los humanos son seres de lenguaje, ese conjunto de creaciones simbólicas, mundo de significados construidos por una sociedad (Reyes, 1993), conceptos o ideas que forman el contenido mental, pero compartidos y convencionalmente establecidos, que legitima la pertenencia al género humano. Código que permite reflexionar acerca de sí, los otros, el mundo, los fenómenos, los acontecimientos, sin el cual no podríamos pensar ni entendernos, comprender a otros o ser comprendido por otros, acuerdos y desacuerdos de por medio; código que no nos tocó inventar, pero una vez dotado, adquirido y apropiado recreamos de manera social e individual.
Todo sujeto social tiene un bagaje lexicológico, conocimiento que ha acumulado del mundo y para su mundo, bagaje tan amplio o reducido de acuerdo con sus experiencias (Morales et al., 2016). Según la psicología cognitiva, dicha información se organiza en redes a partir de la influencia e interacciones de la comunicación, ideología, cultura, subjetividad, ambiente físico y social, de la asignación de significados sociales y del mayor o menor grado de intensidad en que se mezcla la subjetividad con la objetividad.
El significado psicológico definido como “la unidad esencial de la estructuración cognoscitiva, y que se compone de elementos afectivos y de conocimiento que establecen un código subjetivo de reacción” (Valdez, 2004, p. 71), se encuentra inmerso en las normas morales, reglas, principios, preceptos, conceptos, creencias, mitos y ritos que conforman una cultura, siendo una de las bases del comportamiento humano que evidencian la cosmovisión y la conducta subjetiva.
Los significados se organizan en redes semánticas, definidas por Valdez (2004) como el conjunto de conceptos seleccionados por los procesos de reconstrucción de la memoria a largo plazo, involucrando el proceso reconstructivo que se da a partir del conocimiento, las experiencias y las relaciones entre conceptos, de modo que un estímulo desencadenará una serie de significados que pondrán de manifiesto gran parte de su historia de vida.
En el caso de la vida escolar, estudiantes y profesores asignan, atribuyen o reatribuyen significados a todos los elementos inmersos en el proceso educativo: roles, interacciones, ámbitos, escenarios, planes, programas, instrumentación, implementación, implantación, procedimientos, contenidos, procesos, resultados, prácticamente todo con la mediación de las representaciones (subjetivas, lingüísticas y sociales).
Cuando se recurre a las redes semánticas en investigación, la idea básica es que esas representaciones y signos se recuperan en y desde las relaciones que constituyen un tipo especial de conocimiento, el designado como conocimiento taxonómico en un dominio específico. En consecuencia, lo que se obtiene de la aplicación de las redes semánticas es una taxonomía del tema investigado; dicho de otro modo, se puede armar conocimiento taxonómico, una especie de mapa conceptual o de mapa mental de un dominio, formas de organizar, fijar y recordar información (Morfin, 2016).
La técnica de las redes semánticas naturales propuesta por Figueroa (1981) y retomada por Valdez (2004) es la más utilizada por investigadores en diversos campos. En el educativo, Vivas (2007) se interesó por conocer el impacto que tiene la información antes y después de los cursos en las redes semánticas de conceptos psicológicos, Comesaña, Vivas y Vivas (2007) para evaluar concepto académico en estudiantes universitarios, Arteche (2013) las utilizó para conseguir aprendizajes significativos, y Garófalo, Galagovsky y Alonso (2015) hicieron una investigación para encontrar aprendizajes erróneos en el metabolismo de los carbohidratos para diseñar opciones específicas para tales problemáticas. Garza (2016) investigó las categorías que, desde el punto de vista de los alumnos, deben considerarse para evaluar a los docentes. En ese mismo año, Castañeda (2016) retomó el método con el propósito de conocer las representaciones sociales que tienen los estudiantes en la importancia de la investigación en su formación profesional. Por su parte Méndez (2017) hizo un estudio en cuatro países latinoamericanos para conocer las similitudes y las diferencias del significado que tienen estudiantes universitarios de educación superior. También Gutiérrez, Alcaide y Carbonero (2017) usaron la técnica de las redes semánticas naturales para conocer los atributos de la imagen de la universidad privada. Por su parte Correa, García, González, Reynoso y Soltero (2018), después de hacer un análisis metodológico del método de las redes semánticas, concluyen que es una estrategia necesaria para la investigación educativa, pues pone en entredicho lo que se considera cotidiano.
Conocer los significados sociales y las representaciones de un objeto a estudiar a partir de las redes semánticas naturales permite abordarlo desde una perspectiva diferente, la de los protagonistas, comprenderlo y analizarlo desde este enfoque abre nuevos horizontes para conocer la problemática. En el caso del bajo rendimiento académico, aunque ha sido desde hace varios años abordado desde múltiples aristas, no se encontraron investigaciones acerca de los significados y las representaciones que tienen alumnos y profesores respecto a este problema.
Objetivo
Conocer por medio de redes semánticas naturales los significados y las representaciones del alumno con bajo rendimiento académico y las causas de dicho rendimiento en estudiantes que cursan los primeros semestres de la carrera de Medicina y profesores del módulo de Práctica Clínica.
MÉTODO
Diseño de la investigación
Observacional, porque no se planeó control de variables ni intervención de los investigadores en la manipulación de variable independiente alguna; descriptivo, pues no se llevaría a cabo la explicación de los hechos a explorar ni la correlación de variables. Dadas las características mencionadas, este estudio no requeriría planteamiento de hipótesis. Este tipo de estudio (observacional y descriptivo) permitirá identificar algunos de los atributos del bajo rendimiento académico y de sus causas, por medio de la obtención de los valores convencionales, propios de la técnica, como son los valores J, M, FM y el conjunto SAM, los cuales se obtendrán a partir de operaciones aritméticas como adiciones, productos, índices y regla de tres.
Participantes
Ciento veinte estudiantes de la carrera de Medicina de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala-UNAM, del año lectivo 2018, que concluyeron el primer semestre de su formación, y 23 profesores del módulo de Práctica Clínica. A ambas poblaciones se les informó acerca del objetivo de esta investigación y se les invitó a participar de manera anónima. A la población que aceptó se le informó que su participación consistiría en contestar un formato en el que expresaría, en sus propias palabras y por escrito, nombres, adjetivos o frases cortas que relacionaran con las frases “alumno con bajo rendimiento académico” y “causas de bajo rendimiento”. Además se aseguró el anonimato en el manejo de los datos para protección de la identidad de los participantes.
Selección de la muestra
Se seleccionaron por conveniencia (facultad, carrera, fase de formación, módulo, año lectivo, número de grupos, número de alumnos, número de profesores). Debido a las características de este estudio no se efectuó muestreo ni se establecieron criterios de inclusión o exclusión. Se buscó homogeneidad en cuanto al rol institucional, con abstracción de la heterogeneidad en otros aspectos de los participantes, por lo que no era necesario registrar datos demográficos, plantel de procedencia de los alumnos u otras referencias, de ahí que el alcance de la investigación sería, por un lado, limitado y local; por otro lado sus resultados serían válidos simple y sencillamente para la población investigada.
Materiales
• 123 Hojas de papel bond para impresión del instrumento.
• 30 lápices.
• 5 folders.
• Equipo
• 3 computadoras de escritorio.
• 1 lap top.
• 1 programa estadístico de Excel.
Procedimiento
Definición del objeto. El primer paso fue definir que el objeto de estudio no es sólo una representación individual sino una representación social que se expresa en una asociación de palabras, mismas que tendrán sentido tanto por la frecuencia con que aparezcan como por la jerarquización que hacen de sus respuestas, de acuerdo con la importancia que les asignen.
Elaboración del instrumento
El instrumento elaborado estuvo formado por las siguientes partes.
1) Texto de instrucciones.
2) Ejemplo de cómo responder el instrumento.
3) Encabezado de los cuadros; consiste en una palabra estímulo (véase el ejemplo).
4) Tabla de doble columna y cinco filas.
5) Primera columna, para escribir las palabras asociadas a las frases estímulo, que en términos de las redes semánticas corresponde a lo que se establece como palabras definidoras.
6) Segunda columna, para marcar con un número (del 1 al 5) la importancia que asignan a cada una de las palabras definidoras, en orden decreciente; por tanto, asignando a la de mayor importancia el 1 y a la de menor importancia el 5.
Este diseño permitiría medir con facilidad frecuencias y obtener índices de jerarquía y productos aritméticos de ambos datos.
Aplicación
Al estudiantado se le organizó de manera grupal (se distribuyeron en cuatro grupos, cada uno con 30 participantes, dos en turno matutino y dos en el vespertino). A los profesores se le aplicó de modo individual debido a la incompatibilidad de sus agendas de trabajo.
Procesamiento de la información
Se recopilaron los formatos del instrumento resueltos, se elaboró la base de datos (en el programa estadístico de Excel), se capturaron ahí los registrados en el llenado de los ejemplares del instrumento y se calcularon los siguientes aspectos.
• Valor F; la frecuencia, número de veces que emitieron la misma palabra definidora para la frase estímulo.
• Valor J; la riqueza semántica, el total de palabras definidoras en una población determinada relativas a una frase estímulo.
• Valor M; peso semántico, grado de importancia que se da a cada palabra asociada a la frase estímulo, indicada de mayor a menor, con un dígito de 1-5, multiplicado por un determinado factor, en este caso 10-6 respectivamente.
• Valor FMG; la distancia semántica. La palabra con mayor peso semántico de todas las palabras definidoras es el valor de la unidad, equivalente a 100%, y respecto a la cual cada una de las otras palabras en orden decreciente de peso semántico tendrá un valor porcentual, calculado con una regla de tres simple.
• Conjunto SAM, constituido por las 15 palabras con mayor peso semántico.
RESULTADOS
A continuación se presentan los resultados obtenidos por alumnos y profesores de las dos frases estímulo investigadas: “Alumno con bajo rendimiento académico” y “Causas del bajo rendimiento”.
Frase estímulo: “Alumno con bajo rendimiento académico”
La riqueza semántica o valor J que obtuvieron los alumnos fue de 132 palabras. El total de las expresadas fue 185, pero se eliminaron 90 por significados similares (como aburrido-aburrimiento, aislado-aislamiento, apatía-apático, desmotivado-desmotivados, desordenado-desorganizado, por citar algunos). En el caso de los profesores, el valor J fue de 60, anulándose sólo una.
Respecto al conjunto SAM que ambas poblaciones obtuvieron, las tablas 2 y 3 muestran que para los alumnos la palabra con mayor peso (472 puntos) fue “desinterés”, mientras que para los profesores “desmotivado” obtuvo 78. Además se observó que ambas poblaciones presentaron coincidencias en el uso de las palabras definidoras, aunque con diferente valor M. Ejemplo de ello se tiene con “desinterés”, “flojera”, “falta de estudio”, “problemas”, “cansancio”, “falta de recursos” y “desorganización”. Asimismo, de las 15 palabras que integran el conjunto SAM, sólo dos de ellas indicaron condiciones familiares y económicas.
De acuerdo con los datos presentados, “Alumno con bajo rendimiento académico”, para los estudiantes significa “irresponsable”, “distraído”, “problemas”, “falta de sueño”, “bajas calificaciones”, “depresión”, “estrés”, “tonto” y “desatento”, mientras que para los profesores significa “trabajo”, “problemas familiares”, “falta de motivación”, “desinterés de la familia”, “indiferencia”, “problemas de aprendizaje”, “falta de compromiso” y “falta de tiempo para estudiar”.
Respecto a la distancia semántica o valor FMG, como se muestra en las figuras 1 y 2, el núcleo o significado más representativo de la frase estímulo “Alumno con bajo rendimiento académico” fue “desinterés” para los estudiantes y “falta de motivación” para los docentes.
Frase estímulo: “Causas del bajo rendimiento académico”
Respecto a los resultados obtenidos en la segunda frase estímulo, de acuerdo con el proceso de los datos consignado en los instrumentos aplicados a estudiantes y docentes, el valor J o riqueza semántica obtenida fue de 208 para alumnos y 59 para profesores.
Como se muestra en las tablas 4 y 5, correspondientes al conjunto SAM de alumnos y profesores, hay dos palabras definidoras que están en los mismos lugares: “desinterés”, con el mayor peso semántico, siendo el núcleo o valor FMG, para ambos, y “estrés” en el décimo cuarto lugar. Otras palabras definidoras que mencionaron alumnos y profesores, en diferente orden, fueron: “flojera”, “problemas”, “poco estudio”, “economía”, “tiempos”, “falta de vocación”, “desmotivación” e “irresponsabilidad”. Por otra parte, “distracción”, “depresión” y “cansancio” las mencionaron los estudiantes, mientras que “actitud”, “falta de apoyo”, “profesores no preparados”, “falta de entendimiento” y “falta de organización” sólo las indicaron los docentes.
En las figuras 3 y 4 se muestra la distancia semántica que cada palabra definidora obtuvo.
DISCUSIÓN DE RESULTADOS
Por medio de los resultados obtenidos en este estudio se logró conocer los significados y las representaciones que estudiantes y docentes tienen acerca de las frases estímulo “Alumno con bajo rendimiento académico” y “Causas del bajo rendimiento académico”. En las cuatro tablas donde se presentaron los resultados del conjunto SAM, destaca que las palabras definidoras son síntesis de los factores psicológico, biológico, social y pedagógico que en el transcurso de la historia del estudio del rendimiento académico han hecho diversos investigadores, desde Sarason y Mandler (1950, citado en Reyes, 2003) hasta Hernández, Martín, Lorite y Granados (2018). ¿Lo antes planteado será una coincidencia?, o es la repetición de la visión social que tiene la sociedad? Valdez (2004) indica que los significados y las representaciones sociales se construyen por la interacción entre los individuos y los grupos mediante los discursos y las actitudes; entonces, la coincidencia que hay entre lo expresado por alumnos, profesores e investigadores es la representación social del bajo rendimiento académico en nuestra cultura.
Otros hallazgos de interés son la coincidencia entre los significados correspondientes a la personalidad y a la inteligencia con los resultados obtenidos por Flores, Sánchez y Guarneros en el 2009, quienes al evaluar los mismos factores a estudiantes de nuevo ingreso a la carrera de médico cirujano, también encontraron que los problemas de personalidad tenían un peso importante para el bajo rendimiento académico. No siendo así la inteligencia, que según estos autores su nivel estaba por arriba de lo normal, y en este estudio, según el peso y la distancia semántica de “tonto y falta de entendimiento”, ocupó el onceavo lugar para los profesores y para los alumnos el treceavo. Otra similitud se observó en la participación de la familia; Chong (2017) plantea que es un factor fundamental para fortalecer el rendimiento académico y evitar el fracaso escolar, afirmación que coincide con lo expresado por los participantes, quienes colocaron en los primeros ocho lugares del conjunto SAM al apoyo y al interés familiar.
Para explicar las coincidencias entre los significados y las representaciones sociales respecto a quien porta el bajo rendimiento académico y sus causas, Valdez (2004) menciona que los sujetos se encuentran localizados en un contexto determinado (el sistema educativo), donde se han ejercido roles (alumno o profesor) compartiendo tiempos, espacios, planes de estudios, contenidos, estilos de enseñanza, relaciones con sus compañeros, con los profesores, con su familia y sobre todo el significado de las calificaciones y de quién lo porta. Por medio de los discursos se manifiestan los valores y se crean códigos generales que forman la representación del bajo rendimiento académico (alumno flojo, desinteresado, burro, etcétera) desde los niveles elementales hasta los superiores. Una construcción social que, como se observa, permanece a pesar del tiempo (González, García, Soltero, Correa y Reynoso, 2018).
También hubo similitudes y diferencias en los significados. Las primeras obedecen a las representaciones sociales construidas por medio de al menos 15 años de permanencia en la escuela de los alumnos y de muchos más de los docentes, quienes a pesar del cambio de rol las mantienen. Es decir, las experiencias generadas a partir del significado de una calificación numérica ha construido una forma de ver el mundo académico y los lugares que se ocupan. Quienes obtienen 10 son sobresalientes, y los de 5, deficientes, con los consecuentes comentarios de profesores, padres de familia y de los estudiantes. En este sentido la similitud de los significados obtenidos se presentan, según Moscovici (1979), como la relación entre los individuos, los grupos y su contexto, donde en su interrelación se construyen las representaciones y se mantienen en el tiempo, conformando así el núcleo de la red (Moliner, 2007).
Respecto a las diferencias, representadas por el menor peso semántico y que gráficamente ocupan los lugares más lejanos o periféricos del núcleo, Moliner (2007) considera que tienen una estrecha relación con la historia individual, esto es, los significados relacionados con los sentimientos y las emociones, y que hacen que cada experiencia adquiera un sentido único y especial, de modo que habrá algunas dolorosas y otras agradables, que definirán la facilidad o no de asociarlas con un determinado estímulo. Es decir, la dimensión individual se hace presente y destaca la diversidad dentro de la unidad, una forma particular de contemplar y contemplarse en el bajo rendimiento académico.
Además de las diferencias entre individuos, también estuvieron presentes las grupales, que se basaron en el rol que se desempeña. En este sentido la mirada de los docentes consideró también aspectos referentes a la educación y las condiciones socioeconómicas, a diferencia de los estudiantes que se enfocaron en sus capacidades, habilidades, características de personalidad y en las condiciones familiares.
Otro aspecto que es necesario destacar es que para ambas poblaciones el significado de “Alumno con bajo rendimiento académico” fue representado por sus causas; pareciera que desde su perspectiva cada una de las características indicadas, que por cierto tienen una carga negativa, son una posible razón o excusa por la cual se tiene bajo rendimiento académico.
También es importante subrayar que para ambos grupos el origen del bajo rendimiento se encuentra dentro del área psicológica, y consideran al alumno como el más responsable. Asimismo, se observa la presencia de palabras que contienen un sentido de ofensa o agravio, quizá derivados de la representación social que se tiene de los que tienen bajo rendimiento académico.
CONCLUSIONES
Es un hecho que el bajo rendimiento académico, a pesar de que ha sido estudiado por diferentes disciplinas y desde diferentes aristas, es un problema que persiste en todos los niveles, y al no resolverlo impacta en el siguiente grado. Cuando se llega al nivel superior el reto es mayor pues, por un lado, los estudiantes tienen que adaptarse a condiciones propias de la universidad (cantidad y dificultad en los contenidos, horarios extensos, sistemas de enseñanza y evaluación entre otros), diferentes a los ya vividos y que causan angustia y miedo por no logarlo y fracasar, con las consecuencias educativas, familiares y sociales que implica. Y por otro lado está en juego la formación de médico que en breve se insertará a la sociedad, y parte importante de su destino depende de las calificaciones que obtengan, pues ello les permitirá seleccionar el hospital donde desarrollarán prácticas y servicio social, así como el ingreso a la especialidad.
Son indiscutibles los esfuerzos que hacen profesores y autoridades para abatir esta problemática, como asesorías, tutorías, cursos adicionales para las materias más complejas, becas alimentarias, asesorías pedagógicas y psicológicas, que si bien es cierto son muy importantes, también son insuficientes; por un lado porque la población es amplia y los recursos no alcanzan, pero por otro lado porque se ignora la importancia del conocimiento del significado y la representación que la sociedad tiene del bajo rendimiento académico y el impacto en los alumnos, ya que, como se mostró en este estudio, está cargada de elementos negativos que los avergüenza, paraliza y destruye.
Por ser un problema complejo, es imposible considerar que un factor será responsable de la solución; sin embargo, considerar los significados y las representaciones sociales que alumnos y profesores tienen del bajo rendimiento académico plantea la necesidad de construir una cultura diferente, donde la ignorancia, los errores, el desconcierto, el miedo y la angustia no se consideren fracaso, sino que sean partes del proceso de aprendizaje y del vivir. Cuando el alumno con bajo rendimiento académico se libere del estereotipo social, la diversidad de los apoyos que las universidades ofrecen tendrán mayor éxito.
Conocer los significados y las representaciones de profesores y alumnos mediante la técnica de las redes semánticas fue muy importante porque permitió conocer la articulación entre lo individual y lo grupal, así como la relación entre los grupos y de esta manera, en palabras de Moscovici, hacer visible lo invisible, lo ajeno, propio. Pero no es suficiente; queda pendiente, en primer lugar, conocer la perspectiva de las autoridades, personajes que estructuran las políticas educativas, incluyendo las del bajo rendimiento y después, a partir de la reflexión y toma de conciencia, elaborar estrategias para modificar el significado y la representación social del bajo rendimiento en el ambiente universitario.
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Cómo citar:APA6 |
Flores-Ortiz, M. E., Morales-Ruiz, M. A., Rojas-Mora, J. F., & Merino-Gutierrez, I. (2020). Significados y representaciones del bajo rendimiento académico a nivel superior por redes semánticas naturales. Revista Digital Internacional De Psicología Y Ciencia Social, 6(2), 318-339. https://doi.org/10.22402/j.rdipycs.unam.6.2.2020.205.318-339
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