Tabla 1.
Intervención cognitivo-conductual para favorecer calidad de vida, bienestar psicológico y funcionamiento cognitivo en adultos mayores
0 commentsPosted in Artículos | Vol. 9 | Núm. 1 | 2023
Autor(es) | María de Jesús Cruz Peralta; Ana Luisa González-Celis Rangel. |
Contacto | mjcp-psicologia-doctorado@ outlook.com; algcr10@gmail.com |
Tipo de Contribución | Artículo Empírico. |
Referencia | Revista Digital Internacional de Psicología y Ciencia Social Vol. 9, Núm. 1, 2023. |
- Resumen
- Abstract
- Introducción
- Método
- Análisis de resultados
- Resultados
- Discusión
- Conclusiones
- Referencias
RESUMEN.
Favorecer la capacidad funcional de los adultos mayores (AM) es prioridad con una población mundial envejecida. El objetivo del reporte de investigación es evaluar el efecto del módulo de psicoestimulación cognitiva de la ICC, en la calidad de vida, bienestar psicológico y funcionamiento cognitivo como indicadores de la capacidad funcional en tres mujeres adultas mayores. El diseño de investigación fue de series cronológicas con cinco observaciones. En el análisis de resultados mediante Índices de No Solapamiento (PND, NAP, PEM) de cada dimensión de las variables, en algunas dimensiones se preservó y en otras se incrementaron las puntua-ciones, mientras en el análisis visual del puntaje total de cada variable se encontraron diferencias entre las observaciones previas (O1, O2, O3) a la intervención (X) y las observaciones posteriores a la intervención (O4, O5). Se concluye que hay evidencia para afirmar que la intervención favoreció o preservó la capacidad funcional en las AM.
Palabras Clave: calidad de vida, bienestar psicológico, funcionamiento cognitivo, adultas mayores, ICC.
ABSTRACT
Promoting the functional capacity of older adults (OA) is a priority with an aging world population. The objective of the research report was to evaluate the effect of the cognitive psychostimulation module of the Cognitive-Behavioral-Intervention, on the qua-lity of life, psychological well-being, and cognitive functioning as indicators of functional capacity, in three older adult women. The research design was a time series with five observations. In the analysis of results through Non-Overlapping Indices (PND, NAP, PEM) of each dimension of the variables, in some dimensions the scores were preserved, and in others the scores were increased, while in the visual analysis of the total score of each variable, differences were found between the observations prior (O1, O2, O3) to the intervention (X) and the observations after the intervention (O4, O5). It is concluded that there is evidence to affirm that the intervention favored or preserved the functional capacity in OA.
Keywords: quality of life, psychological well-being, cognitive functioning, older adults, Cognitive-Behavioral-Intervention.
INTRODUCCIÓN
De acuerdo con los últimos datos del Informe Mundial sobre Envejecimiento de la Organiza-ción Mundial de la Salud (OMS, 2015), el envejecimiento de la población a nivel mundial ha ido en aumento. En este sentido, el reto a enfrentar por parte de los gobiernos del mundo es definir políticas públicas para ofrecer una vida digna y saludable en la última eta-pa de la vida de las personas.
Es así como los años de vida saludables perdidos (Avisa) y “los daños por vivir enfermo y discapacitado con diferentes niveles de gravedad, por una o varias enfermedades a la vez” (Secretaría de Salud [SSA], y el Instituto Nacional de Salud Pública [INSP], 2014, p. 19) ocasionan una deficiente calidad de vida y merman el bienestar psicológico en las personas mayores.
En México las mujeres tienen en promedio 11 años de mala salud, mientras que “los hombres viven en mala salud en promedio 8.5 años, casi 2.5 años menos que las mujeres”. (Gutiérrez Robledo et al., 2017, p. 2). Fac-tores como el incremento progresivo de la esperanza de vida, el decremento del índice de natalidad, la reduc-ción de los índices de actividad laboral en personas de 60 años en adelante, han posicionado este tema entre los de mayor interés para la salud pública.
Para una clara revisión de la literatura del tema, se hizo una revisión sistemática de las publicaciones al res-pecto de los años 2015-2020, donde se usó la técnica de preguntas PIO: P (población de interés) I (intervención) O (outcome/resultado) en las bases de datos Pubmed, Psy-cInfo, Ovid y Redalyc, y términos MeSH “adultos mayores activación física”, “entrenamiento cognitivo” y “calidad de vida”. Se utilizó conector booleano NOT con fragilidad y enfermedad. Del total de artículos (n = 1,651) se descarta-ron los publicados antes de 2015 (n = 643), sin acceso al texto completo (n = 323), con participantes con comorbili-dad (n = 312), porque los programas de intervención esta-ban diseñados para población con distintas enfermedades. Se seleccionaron 11 artículos publicados. En conclusión, el entrenamiento cognitivo mejora memoria, inhibición, flexibilidad cognitiva, atención selectiva, autoestima y ca-lidad de vida (para más información cosultar Cruz-Peralta, s/f; o Cruz-Peralta y González-Celis, s/f). Derivado de esta búsqueda sistemática surge el interés de las autoras por elaborar este informe de investigación como parte del pro-grama de maestría y doctorado de la Universidad Nacional Autónoma de México.
El Informe Mundial sobre el Envejecimiento y la Salud (OMS, 2015), define al envejecimiento saludable como “el
proceso de fomentar y mantener la capacidad funcional que permite el bienestar en la vejez” (p. 30). Por su par-te, la Clasificación Internacional del Funcionamiento de la Discapacidad y de la Salud (OMS y Organización Paname-ricana de la Salud [OPS], 2001), definen la capacidad fun-cional como “los atributos relacionados con la salud que permiten a una persona ser y hacer lo que es importante para ella” (p. 30). Así, el funcionamiento de un individuo se entiende como una relación dinámica entre la condi-ción de salud, la capacidad intrínseca de la persona y las características del entorno. Esta interacción es específica y no siempre ocurre de manera recíproca ni predecible, además de que la presencia de la discapacidad modifica la propia condición de salud.
Así, una restricción en la capacidad intrínseca causada por una o más deficiencias, o una disminución en el desem-peño por una o más limitantes, puede impedir que las personas hagan lo que desean hacer, lo que ocasiona una dis-minución en su calidad de vida y bienestar psicológico. La calidad de vida se define como:
[la] percepción individual de la propia posición en la vida dentro del contexto del sistema cul-tural y de valores en que se vive y en relación con sus objetivos, esperanzas, normas y preocu-paciones. Es un concepto de amplio espectro, que incluye de forma compleja la salud física de la persona, su estado psicológico, su nivel de independencia, sus relaciones sociales, sus creencias personales y su relación con las carac-terísticas destacadas del entorno” (Hubanks et al., 1994, p. 5).
Cuando se trata de evaluar el bienestar de las personas, existen diversos enfoques al respecto porque es un tema de interés para diversas áreas del conocimiento, así como para las distintas corrientes psicológicas. Esto se debe a que se ha relacionado con algunos constructos, igualmente difíciles de evaluar, como felicidad, calidad de vida y salud mental, entre otros aspectos de índole personal y del entorno con que tienen algún vín-culo (Ballesteros et al., 2006).
Ryff (1989) postula un modelo de abordaje teórico de seis dimensiones que incorpora los desafíos que enfrentan los individuos en sus intentos por un bienestar psicológico: 1) aceptación tanto personal como de su historia de vida; 2) superación personal; 3) identificación de un propósito en la vida; 4) establecimiento de relaciones sociales positivas); 5) dominio tanto de la vida propia como del entorno, y 6) autonomía. Incluso al hacer el análisis del modelo teórico años después (Ryff y Keyes, 1995), las comparaciones con otros indicadores, como el afecto positivo y negativo y la satisfacción con la vida, demostraron ser aspectos clave del funcionamiento positivo enfatizados en las teorías de la salud y el bienestar.
En relación con lo anterior, Oramas et al. (2006) consideran que “el bienestar psicológico constituye […] un indicador positivo de la relación del sujeto consigo mismo y con su medio. Incluye aspectos valorativos y afectivos que se integran en la proyección futura y el sentido de la vida” (p. 36). Por su parte, el Informe Sobre la Salud de los Mexicanos (Secretaría de Salud, 2015) retoma el estudio de la Carga Global de la Enfermedad (GBD, por sus siglas en inglés), el cual:
[…] ofrece una manera diferente de analizar las pérdidas de salud, ya que aporta un indicador compuesto que integra los daños provocados por la muerte prematura y aquellos ocasionados por vivir enfermo y discapacitado con diferentes niveles de gravedad por una o varias enfermeda-des a la vez. En otras palabras […] incorpora el concepto del tiempo utilizando los años de vida que se pierden por muertes prematuras (APMP) y los años de vida asociados con discapacidad (AVD), con lo cual es posible agregar las pérdi-das por muerte y enfermedad en el indicador años de vida saludable perdidos (AVISA). (SSA, 2015, p. 125).
Se tiene evidencia de que el mismo proceso de envejecimiento conlleva un deterioro físico, incluyendo un riesgo cada vez más elevado de padecer alguna deficiencia relacionada con el funcionamiento cognitivo, el cual aumenta cuando el contexto de las personas no favorece la estimulación necesaria, por lo que el funcionamiento cognitivo se entiende como un proceso mental que se compone de capacidades cognitivas (como concentración, realización de cálculos mentales, aprendizaje verbal y memoria de trabajo para las nuevas tareas y la velocidad de procesamiento), el cual, durante el envejecimiento, puede clasificarse como preservado o con algún deterioro (Espinosa, 2019; Puig, 2009).
De acuerdo con Puig (2009), esta pérdida de funcionamiento cognitivo muestra la necesidad de implementar acciones para que los adultos mayores puedan adquirir estrategias compensatorias y mantengan su competencia social. Un método para detener la curva de dicho deterioro es la psicoestimulación cognitiva, la cual busca preservar la autonomía de las personas mayores durante la mayor cantidad de tiempo posible.
A partir de dicha autonomía se pretende promover las capacidades necesarias para proporcionar un grado de autonomía suficiente, además de que se usa de manera preventiva (Cancino et al., 2018).
Puig (2009) y su equipo de investigadores definen esta técnica como “una intervención que incide en las capacidades cognitivas mediante la presentación de estímulos específicos, con la finalidad de potenciar y optimizar la cognición” (p. 20).
Aunado a lo anterior, continuando con el objetivo de que los adultos mayores tengan independencia y una percepción positiva de su autonomía y calidad de vida, se retoman los postulados de Bermejo (2012). Más allá de dar más años a la vida, concluye el investigador, cada persona debe buscar “dar más vida a esos años”, teniendo un sentido de significado y valor. Por lo que las personas deben disponer de oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida para, de este modo, puedan participar en procesos de interacción en los que intercambiar experiencias de lo que les interesa, y gracias a lo cual puedan desarrollar sus habilidades y conocimiento. Esto les permite, además de disfrutar de aprender, optimizar sus capacidades para enfrentarse a la vida y participar de manera activa en un entorno cada vez más plural y global (familiar, social, comunitario).
El modelo de Selección-Optimización-Compensación (SOC) de Baltes y Baltes (1990) postula que a lo largo de la vida los individuos promueven su desarrollo de manera adaptativa, maximizando sus ganancias potenciales y minimizando las pérdidas. De acuerdo con Donnellan (2015), el desarrollo exitoso implica el trabajo conjunto de estos tres procesos (selección, optimización y compensación), que a su vez regulan el incremento de las ganancias y la reducción de las pérdidas a lo largo del tiempo. Pueden concebirse como un único proceso “integrador” de dominio adaptativo y como procesos separados, cada uno contribuyendo al desarrollo del envejecimiento exitoso.
Por su parte, la terapia cognitiva-conductual tiene ya mucho tiempo que se reconoce como base de varias investigaciones. Sus raíces han sido citadas desde sus inicios (Ellis, 1957; Beck, 1963). Existen investigaciones ac-tuales que muestran la efectividad de las intervenciones en general. Al respecto, se ha observado que las técnicas conductuales y cognitivo-conductuales han sido ampliamente recomendadas por sus resultados en diversas po-blaciones al tratar sobre todo ansiedad y depresión, siendo pocos los resultados con adultos mayores; ejemplo de ello es el trabajo de Vergara-Lope y González-Celis (2011), quienes ratifican que hay estudios que demuestran su eficacia con adultos mayores. De entre todas las técnicas de la terapia cognitivo-conductual (TCC), en la intervención de la tesis doctoral de la primera autora se retoman las técnicas de relajación corporal mediante la respiración diafragmática y el entrenamiento autógeno; además, la psicoeducación, el modelado conductual, la solución de problemas y la reestructuración cognitiva (tabla 1). En el reporte de este manuscrito sólo se analizan los resultados de las tres variables calidad de vida, bienestar psicológico y funcionamiento cognitivo del módulo de psicoestimulación cognitiva.
Para abordar los tratamientos utilizados en la relajación corporal, es necesario mencionar que existen apro-ximaciones teóricas acerca de los procesos emocionales, motivacionales y del aprendizaje, es decir, procesos cognitivo-conductuales involucrados en los estados de relajación y tensión corporal (Coffin y Salinas, 2018), tales como los sentimientos como consecuencia fisiológica, los sentimientos producidos por nuestras cogniciones, los sentimientos como producto de una doble apreciación cognitiva y la respuesta al estrés (adaptación), por mencionar algunos.
Cuando se trata de las respuestas adaptativas que presentan las personas ante determinadas situaciones o acontecimientos desagradables, se puede recurrir a este modelo teórico, en donde su principal objetivo es eliminar o disminuir reacciones emocionales no deseadas, logrando una mayor sensación de control (Vergara-Lope y González-Celis, 2011).
Las técnicas de relajación corporal han sido usadas para que el sujeto logre por sí mismo llegar a un estado de distensión muscular. Coffin y Salinas (2018) abordan la relajación como un proceso psicofisiológico complejo, donde se debe considerar el dinamismo de sus tres componentes: factores fisiológicos, el comportamiento y las cogniciones. Las recomendaciones para una correcta aplicación de las técnicas son: ambiente tranquilo, temperatura adecuada, luz moderada, posición corporal sentados y ropa cómoda.
Por su parte, la psicoeducación implica la enseñanza de nuevos conocimientos que ayuden al sujeto a modificar su conducta, pensamientos y emociones. Tena-Hernández (2020) indica que la psicoeducación desempeña un papel importante dentro de la TCC porque cuanto mejor conozca y entienda el paciente las características de la conducta o trastorno presentado, mejor puede vivir con su condición disminuyendo la aparición de esa conducta, así como el estigma a los trastornos psicológicos y, en consecuencia, disminuye las barreras para el tratamiento. También disminuye el riesgo de una recaída en caso de conductas desadaptativas.
El modelado conductual es una técnica que consis-te en que la persona aprende nuevas conductas mediante la observación de distintas tareas. Tiene sus raíces en la teoría del aprendizaje vicario de Albert Bandura, donde lo primordial es que la persona observa la realización de tareas subsecuentes (Valero, 2012).
La técnica de solución de problemas se ha abordado desde diferentes áreas de la Psicología. Su definición puede ser muy compleja porque diversos autores han hecho aportaciones importantes, por lo que se retoma a Bravo y Valadez (2018) que indican que es un proceso cognitivo-conductual autodirigido, una estrategia de afrontamiento y comprensión de la problemática y se busca una “variedad de respuestas potencialmente efectivas para solucionar una situación problemática con lo que se incrementa la probabilidad de seleccionar la respuesta más efectiva de entre esas alternativas” (p.93). Se mencionan cuatro objetivos de dicha técnica: 1) identificar la situación de estrés o desajuste; 2) reducir emociones maladaptativas, es decir, expresión de ansiedad, enojo o depresión; 3) incrementar la efectividad de su afrontamiento, y 4) adquirir la habili-dad y aplicarlo en problemas futuros.
Para ofrecer a la persona un mayor autocontrol y re-conocimiento de sus pensamientos se utiliza la restructuración cognitiva. Esta técnica pretende eliminar disturbios emocionales derivados de la interpretación de situaciones presentes en la vida cotidiana. En primer lugar, la persona debe ser consciente del pensamiento presente ante de-terminada situación; toda vez que se descubre el pensamiento negativo se busca cuestionar dicho pensamiento reconocido por una frase. Por lo general las respuestas al cuestionamiento del pensamiento desadaptativo suelen ser más razonable. Al final se logra una respuesta con mayor sensación de control, con afirmaciones libres de malestar emocional (Beck et al., 1983).
Por otro lado, las intervenciones en el ámbito de la salud tienen su campo de aplicación en distintos escenarios, sin embargo, aún existe ambigüedad de terminología para hacer referencia a intervención a distancia, algunos de los más comunes son Online therapy, Teleterapia, Mediado por la tecnología o Ciberterapia. Además, con la situación actual de pandemia, esta modalidad ha sido más requerida por las y los usuarios de esos servicios (Andersson y Cuijpers, 2009; Griffiths et al., 2006; Soto-Pérez et al., 2013).
Es necesario puntualizar que no hay consenso o normativa respecto a la manera en que se deben usar las técnicas de la TCC en las intervenciones en línea, el procedimiento recomendado, así como el cuidado de la integridad del tratamiento en intervenciones en línea. Sin embargo, se puede concluir que la TCC por internet aplicada a problemas de salud se atienden como una alternativa a la TCC presencial, porque se pretende contar con condiciones similares en ambas modalidades. Se debe incluir acceso en línea a materiales que contienen la misma información que se proporcionó de manera presencial: abordar contenidos audiovisuales a la par con texto, sesiones semanales y tareas. Además, su duración en promedio es de entre cinco y 15 semanas.
Quedan claras también las ventajas de efectuar intervenciones mediadas por la tecnología: 1) se reduce el tiempo de traslado de las personas al lugar donde se desarrollarían las sesiones; 2) el alcance es mayor en términos de personas que no pueden acceder de manera presencial, y 3) debido a que se vuelve una interacción individual y personalizada, permite a los participantes ir a su propio ritmo de aprendizaje, gestionando las habilidades adquiridas y podrían tener acceso a los materiales de apoyo en todo momento. Se concluye la necesidad de plantear requerimientos mínimos para las sesiones no presenciales, horarios, condiciones de iluminación o espacio para realizar actividades. La evidencia indica que la TCC en línea asistida por un terapeuta puede no ser significativamente diferente de la TCC presencial (Olthuis et al., 2016).
Por lo anterior, en este informe la intervención se hizo con apoyo de la tecnología. Las coterapeutas que formaron parte importante de la intervención ya tenían los conocimientos necesarios respecto a la alfabetización digital, así como de la aplicación de la batería de evaluación.
Derivado de la revisión de las investigaciones previas se efectuó la investigación doctoral de la autora principal, siendo dirigida por la segunda autora, donde se diseñó un programa de ICC para mujeres adultas mayores de 60 años, el cual estuvo conformado por tres módulos: 1) relajación corporal; 2) psicoestimulación cognitiva, y 3) promoción de actividades. Cada uno de los módulos incluyó diferente número de sesiones, y todas las sesiones fueron mediadas por la tecnología. La descripción de los módulos se puede consultar en la tabla 1.
Para esta investigación se analizó el impacto del módulo de psicoestimulación cognitiva con la pregunta “¿Cuáles son los efectos del módulo de psicoestimulación cognitiva de la ICC en la calidad de vida, bienestar psicológico y funcionamiento cognitivo de las mujeres adultas mayores (AM)?”.
Así, el objetivo del módulo de psicoestimulación cognitiva de la ICC sobre la calidad de vida, bienestar psicológico y funcionamiento cognitivo de las mujeres adultas mayores (AM).
Donde la hipótesis de investigación (H1) planteó que el módulo de psicoestimulación cognitiva, derivado de la ICC, lograría preservar o incrementar las puntuaciones de calidad de vida, bienestar psicológico y funcionamiento cognitivo en las mujeres adultas mayores.
MÉTODO
Participantes
El programa de intervención fue diseñado para mujeres adultas mayores de 60 años que obtuvieron una puntuación total, igual o por arriba de 45.50 en el nivel de funcionamiento cognitivo establecido como punto de corte para considerar un nivel de funcionamiento cognitivo preservado, de acuerdo con la edad y nivel de escolaridad de las participantes con el instrumento utilizado para evaluar funcionamiento cognitivo descrito en la sección de instrumentos (González-Celis et al., s/f).
Como criterios de inclusión se usaron: participación voluntaria (consentida e informada), no padecer enfermedades crónico-degenerativas no controladas, contar con acceso a Internet y algún dispositivo tecnológico que les permitiera participar en la intervención de manera remota, debido a que las sesiones de evaluación e intervención se harían en línea, por lo que fue indispensable la presencia de una coterapeuta que apoyara a las participantes en las sesiones con habilidades necesarias para solucionar problemas técnicos (como conexión alámbrica o inalámbrica, falta de batería, cables necesarios, encender la cámara).
Participaron tres personas mayores que aceptaron formar parte del estudio y que cumplieron con los criterios de inclusión.
• Participante 1. Mujer de 83 años cumplidos, viuda, con goce de pensión del seguro social. Vive con algunos de sus hijos, es ama de casa con religión católica que practica de manera ocasional. Las enfermedades que le diagnosticó su médico son osteoporosis y artritis reumatoide. Sólo dice tener preocupación por la pandemia por Covid-19. Las actividades de estimulación cognitiva que informa son ver documentales, jugar damas chinas, resolver actividades de pasatiempos, escuchar radio y procurar aprender algo nuevo.
• Participante 2. Mujer de 55 años cumplidos, es casa-da y el ingreso económico que percibe lo recibe de su marido. Vive con su esposo, sus hijos y sus nueras, es ama de casa con religión católica que practica de manera ocasional. Las enfermedades que le diagnosticó su médico son fibromialgia y problema de tiroides. Las preocupaciones que comenta tener son la pandemia, la inseguridad y la evolución de su enfermedad. Las actividades de estimulación cognitiva que informa son leer, buscar y ver películas, resolver juegos de mesa, ver televisión, aprender algo nuevo y escuchar radio.
• Participante 3. Mujer de 64 años cumplidos, es casada y el ingreso económico que percibe lo recibe de su marido. Vive con su esposo e hijos, es ama de casa con religión católica que practica en ocasiones. La enfermedad que le diagnosticó su médico es diabetes. Las preocupaciones que dice tener son la pandemia, la economía y el futuro mundial. Las actividades de estimulación cognitiva que informa son leer, buscar y ver películas, pintar, dibujar e ilumi-nar, aprender algo nuevo, ver u oír misa y escuchar radio.
Tipo de estudio y diseño de investigación El diseño de investigación fue de series temporales o cronológicas. De acuerdo con Clark-Carter (2004) y Campbell y Stanley (1966), se toman medidas en varios puntos y se conocen como observaciones (O). En un proceso periódico de medición respecto a algún individuo y la introducción de una variación experimental (X) en esa serie cronológica de mediciones, cuyos resultados se indican por medio de una discontinuidad en las mediciones registradas en la serie. Se le diagrama de la manera siguiente:
O1, O2, O3, X, O4, O5
El estudio fue cuasiexperimental, longitudinal y prospectivo.
La justificación para usar ese diseño fue la evaluación del comportamiento de las variables de interés a lo largo del tiempo. Considerando un deterioro debido al proceso de envejecimiento, la ICC se pone a prueba en los participantes y de ese modo las observaciones son registradas para evaluar los resultados (Siegel y Castellan, 1995).
Módulos
La ICC estuvo integrada por tres módulos (relajación corporal, psicoestimulación cognitiva y promoción de actividades) (tabla 1); para una descripción detallada de los módulos se puede contactar con las autoras.
En este informe se describe el Módulo de Psicoes-timulación Cognitiva (PsCg), porque el propósito fue un análisis de los efectos del mismo. La psicoestimulación cognitiva se basó en el manual de Puig (2009); se retomaron tres funciones cognitivas: memoria; orientación y atención. Cada una de las funciones cognitivas tuvo una sesión de 40 minutos. El objetivo del módulo fue preservar las funciones cognitivas de los adultos mayores(memoria, orientación y atención) a partir de la psicoes-timulación cognitiva. Las técnicas utilizadas fueron la psicoeducación y el modelado conductual (tabla 2).
Mediciones
Variables
Para este artículo, derivado de la investigación doctoral, se definen tres variables de interés: 1) calidad de vida; 2) bienestar psicológico, y 3) funcionamiento cognitivo.
Calidad de vida. Es la percepción que los individuos tienen de su posición en la vida, considerando el contexto de su cultura y sistema de valores en que las personas viven y en relación con sus objetivos, expectativas, estándares e intereses, contemplando la percepción subjetiva y el papel objetivo o factores contextuales de los individuos (Hubanks et al., 1994; González-Celis, 2010).
Bienestar psicológico. Es un indicador positivo de la relación del sujeto consigo mismo y con su medio. Incluye aspectos valorativos y afectivos que se integran en seis dimensiones, que incorpora los desafíos que enfrentan los individuos en sus intentos por un bienestar psicológico (Oramas et al., 2006; Ryff, 1989).
Funcionamiento cognitivo. Proceso mental que se compone de capacidades cognitivas, como concentración, realización de cálculos mentales, aprendizaje verbal, 0y memoria de trabajo para las nuevas tareas y la velocidad de procesamiento (Espinosa, 2019; Puig, 2009).
Instrumentos
Consentimiento informado. Se siguen los lineamientos del Código Ético en Psicología de la Sociedad Mexicana de Psicología (2010). Además, se sometió a dictamen de la Comisión de Ética de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la UNAM, con el oficio de aprobación CE/ FESI/042022/1509. Se describieron a las participantes las implicaciones éticas de la intervención, garantizan-do confidencialidad y anonimato, incluyendo la libertad de permanecer o no hasta finalizar la participación.
Hoja de datos sociodemográficos. Instrumento con 21 reactivos mediante los cuales se solicitó información de algunas características referentes a sus datos personales, su condición de salud y sus actividades personales; se aplicó mediante una entrevista semiestructurada.
Escala WHOQoL-OLD. Elaborado por la OMS (WHO, 2006) y adaptado por González-Celis y Gómez-Benito (2013). Cuestionario con 24 reactivos agrupados en seis dominios: habilidades sensoriales; autonomía; actividades pasadas, presentes y futuras; participación social; muerte y morir, e intimidad. Para cada dominio se construyeron cuatro reactivos, por lo que la calificación para cada dimensión se encuentra en un rango de 4 a 20 puntos; asimismo, la calificación total de calidad de vida tiene un rango de 24 a 120 puntos, donde entre mayor sea la puntuación total, mejor calidad de vida es percibida; asimismo, para los seis dominios, entre más alta sea, mayor calidad de vida se per-cibe para cada dominio (Martínez-Ruiz, 2018, p. 10).
Se evaluó la validez divergente con el coeficiente de correlación rho de Spearman entre los puntajes totales de los participantes en el WHOQOL-OLD y en la Escala de Depresión Geriátrica (−0.569); de igual manera, se evaluó la validez convergente por medio de la correlación entre los puntajes del WHOQOL-OLD y la Escala de Bienestar Subjetivo de Lawton (0.624, con p ≤ 0.001) mostrando una validez convergente con el bienestar subjetivo de correlación moderada, significativa y positiva (Acosta-Quiroz et al., 2013).
Escala de bienestar psicológico de Ryff. Tiene 39 reactivos, con seis opciones de respuesta, cuya calificación total va de 39 a 234. Entre más alta la puntuación mejor es la percepción de bienestar psicológico y de sus dimensiones. Sus propiedades psicométricas son infor-madas por Medina-Calvillo et al. (2013). El instrumento tiene una bondad de ajuste regular para el modelo de seis factores. Los valores de alfa de Cronbach del total de la escala resultaron de α = 0.918 y α = 0.904 (muestras A y B, respectivamente). La correlación test-retest se efectuó en un periodo de dos meses, y se observó en el valor r = 0.796 (n = 245, p < 0.001) en el total de la escala, mientras que los valores de las correlaciones test-retest entre las subescalas fueron desde r = 0.584 hasta r = 0.731 (todos con p <0.001).
Los reactivos se agruparon en dos subescalas: 1) bienestar hedónico, que incluye las dimensiones: autoaceptación (ítems 1, 7, 13, 19, 25, 31), relaciones positivas (ítems 2, 8, 14, 20, 26, 32), autonomía (ítems 3, 4, 9, 10, 15, 21, 27, 33). y dominio del entorno: (ítems 5, 11, 16, 22, 28, 39) (adaptado de Díaz et al., 2006, p. 575), y 2) bienestar eudaimónico, que incluye las dimensiones: propósito en la vida (ítems 6, 12, 17, 18, 23, 29) y crecimiento personal (ítems 24, 30, 34, 35, 36, 37, 38) (adaptado de Díaz et al., 2006, p. 575).
Screen for Cognitive Impairment in Psychiatry – Spanish (SCIP-S). Escala breve que se utiliza para detectar carencias cognitivas en trastornos de tipo psicótico o afectivo en tiempo reducido. El cuestionario requiere lápiz, papel y reloj; su aplicación necesita de un entrenamiento menor y su duración es de casi 15 minu-tos. Está conformada por cinco subescalas que miden diferentes dominios cognitivos: aprendizaje verbal in-mediato (AVI), memoria de trabajo (MT), fluidez verbal (FV), aprendizaje verbal diferido (AVD) y velocidad de procesamiento (VP). Este instrumento se ha aplicado a población mexicana adulta mayor de 56 años y sus aná-lisis han mostrado una alta capacidad discriminativa del instrumento comparando por nivel de escolaridad (p = 0.001), por edad (p < 0.004), y por afectación cognitiva (p = 0.001); además, los puntos de corte (< 45.50), y valores de sensibilidad (0.811) y especificidad (.667) para la puntuación total (González-Celis et al., s/f). Las medidas descriptivas para las puntuaciones directas de la puntuación total del SCIP-S y de las subescalas por nivel educativo y su capacidad discriminativa mostraron un valor de p < 0.05.
Se obtienen puntuaciones directas de cada una de las subescalas, así como la puntuación total del SCIP-S; asimismo, se pueden transformar dichas índices en puntuaciones T y en percentiles, además de tener medidas de puntos de corte, dependiendo de la edad y escolaridad del adulto mayor, para la detección de posible deterioro cognitivo.
Procedimiento
Toda vez que el diseño de la intervención fue concluido, la difusión del proyecto se hizo con ayuda de estudiantes y colaboradores de la licenciatura de Psicología y del programa de maestría y doctorado en Psicología de la UNAM. Cuando las participantes mostraron interés fueron contactadas por medio de las coterapeutas. Se les explicaron los criterios de inclusión al programa y se acordó un día para iniciar las mediciones.
Las coterapeutas estuvieron presentes en todas las sesiones con las participantes para resolver problemas de conexión, hacer de manera correcta la aplicación de los instrumentos, así como resolver cualquier duda referente al llenado de instrumentos. Las coterapeutas entregaron de manera física el consentimiento informado y los cuestionarios del WHOQoL-OLD y Escala de Bienestar Psicológico, mientras que el SCIP-S fue aplicado de manera presencial por las coterapeutas y la hoja de respuestas fue llenada con entrenamiento previo.
La sesión inicial consistió en la descripción del objetivo de la ICC y sus características. Se proporcionó a las participantes el consentimiento informado de manera impresa mediante las coterapeutas, y se lleyó en voz alta para resolver dudas relacionadas. En el documento se solicitó la autorización para conocer los datos personales contenidos en la hoja de datos sociodemográficos y tratarlos de manera confidencial y anónima con fines es-tadísticos; también se solicitó la autorización para grabar las sesiones por videollamada en la plataforma Zoom.
El reporte de investigación derivado de la tesis doctoral se ciñó a los lineamientos del Código Ético del Psicólogo (SMP, 2010), en el cual se establecen los elementos universales y principios éticos fundamentales para la buena praxis e investigación con seres humanos. Además, el proyecto cuenta con el aval de la Comisión de Ética de la institución de adscripción de las autoras (CE/FESI/042022/1509).
Luego de que las participantes firmaron el consentimiento informado, se hizo el llenado de la hoja de datos sociodemográficos. Se efectuó la primera evaluación (observación 1, O1) con la aplicación de los instrumentos Escala WHOQoL-OLD, la Escala de Bienestar Psicológico de Ryff y Screen for Cognitive Impairment in Psychiatry – Spanish (SCIP-S).
Un mes después de la primera sesión de evaluación, se hizo una segunda medición (observación 2, O2) con la aplicación de los instrumentos Escala WHOQoL-OLD, la Escala de Bienestar Psicológico de Ryff y Screen for Cogni-tive Impairment in Psychiatry – Spanish (SCIP-S).
Luego de un mes se desarrolló la tercera sesión (ob-servación 3, O3), a través de la aplicación de los instrumentos Escala WHOQoL-OLD, la Escala de Bienestar Psicológico de Ryff y Screen for Cognitive Impairment in Psychiatry – Spanish (SCIP-S).
Después de las tres evaluaciones (O1, O2 y O3) se implementaron las sesiones del módulo de psicoestimulación cognitiva (PsCg) con técnicas derivadas de la TCC.
Al terminar las sesiones establecidas de la intervención de manera inmediata se hizo la observación 4 (O4), con la aplicación de los instrumentos Escala WHOQoL-OLD, la Escala de Bienestar Psicológico de Ryff y Screen for Cogni-tive Impairment in Psychiatry – Spanish (SCIP-S).
Luego de tres meses se tomó la observación 5 (O5) con los instrumentos Escala WHOQoL-OLD, la Escala de Bienestar Psicológico de Ryff y Screen for Cognitive Im-pairment in Psychiatry – Spanish (SCIP-S).
Las sesiones de evaluación (O1, O2, O3, O4, O5) e intervención (X) se efectuaron de manera individual, con una duración de casi 40 a 60 minutos, en el horario que cada participante tuviese programado, una vez por semana.
ANÁLISIS DE RESULTADOS
Se analizaron los datos mediante los índices de no solapamiento de los datos Percentage of nonoverlapping data (PND), Nonoverlap of all pairs (NAP), y Percentage of data points exceeding the median (PEM). Además, se incluye un análisis visual del patrón del comportamiento de las tres variables: calidad de vida, bienestar psicológico y funcionamiento cognitivo entre las observaciones previas (O1, O2, O3) a la intervención (X) y las observaciones posteriores a la intervención (O4, O5), teniendo en cuenta la tendencia (dirección y magnitud), la estabilidad y la variabilidad (Chávez y Tron, 2012).
Índices de no solapamiento de los datos:
• Percentage of nonoverlapping data (PND). Fue propuesta por Scruggs et al. (1987), recien-temente analizada por Scruggs y Mastropieri (2013) y Campbell (2013). El método PND lo-caliza el punto de datos más positivo en la fase A y luego calcula el índice de datos de la fase B que lo exceden. Se identifica la medida más alta en la fase A. Se calcula el índice de datos de la fase B que exceden el valor identificado en el paso anterior. Se divide el valor obtenido en el paso 2 por el número de observaciones en la fase B y se multiplica el valor obtenido en el paso 3 por 100 para convertir la proporción en un porcentaje.
• Nonoverlap of all pairs (NAP). Propuesta por Parker y Vannest (2009) como una mejora potencial en el PND. El índice de superposición NAP tiene varios nombres para ligeras variaciones y diferentes áreas de aplicación. Para el tra-bajo de diagnóstico en medicina y desarrollo de pruebas, es “Área bajo la curva” (AUC). La curva AUC es la curva característica del operador del receptor (ROC), también conocida como la curva de “sensibilidad y especificidad”, para detallar los tipos de error (falsos positivos, falsos negativos). La principal ventaja teórica de NAP es que es una prueba integral de todas las posibles fuentes de superposición de datos, es decir, todas las comparaciones de puntos de da-tos de referencia versus todos los puntos de tratamiento. El valor va de 0 a 1, el valor 0.5 indica que hay 50% de probabilidad de que al elegir de manera aleatoria un dato de la fase de inter-vención éste se ubique por encima de un dato elegido aleatoriamente de la evaluación inicial. Rangos de NAP: efectos débiles: 0-0.65; efectos medios: 0.66-0.92; efectos grandes o fuertes: 0.93-1.0. Transformar NAP a un nivel de probabilidad cero da estos rangos correspondientes: efectos débiles: 0-0.31; efectos medios: 0.32-0.84; efectos grandes o fuertes: 0.85-1.0.
• Percentage of data points exceeding the me-dian (PEM). Propuesto por Ma (2006). Se sugirió para evitar depender de una sola medición de evaluación previa a la intervención, como lo hace el PND. Al respecto del índice de puntos de datos que superan la mediana (PEM) se interpreta con una escala de 100 puntos y va desde poca o ninguna mejora (< 50), mejora moderada (= 50) o mejora grande o importante (> 50)
Análisis visual de las mediciones para lograr un análisis más completo de los resultados de acuerdo con Chávez y Tron (2012), el eje de las abscisas se reserva para los periodos de observación, mientras que el eje de las ordenadas se reserva para evaluar la variable de interés. Se presenta la descripción de la tendencia de los datos, es decir, se juzga la direc-ción y la magnitud de la línea trazada de los datos del comportamiento de la variable de interés.
En primer lugar, si los valores de la variable de interés incrementan, la recta es ascendente, entonces la dirección de la tendencia se valora como positiva; si los valores de la variable decrecen, la recta es descendente, entonces la tendencia se valora como negativa; si los valores de la variable se mantienen constantes, la recta es una línea horizontal, y se hace referencia a una estabilidad, la cual se refiere básicamente a la ausencia de una tendencia o variabilidad en la medición de las variables de interés.
En segundo lugar, la magnitud se valora en función de la inclinación de la pendiente de la recta, donde puede ser ascendente (positiva) o descendente (negativa); una menor magnitud en la tendencia significa que los valores de la variable de interés crecen o decrecen lentamente, entonces la magnitud es baja y por tanto el comportamiento de la variable permanece estable a lo largo del tiempo.
Por último se busca evaluar la homogeneidad de los datos, también conocido como estabilidad. Al presentar poca dispersión de los datos se considera que el patrón es estable, presentando poca variabilidad.
RESULTADOS
Se describen los resultados encontrados de acuerdo con el análisis de los índices de no solapamiento que pun-tuaron por arriba de los puntos de corte de moderado a grandes en cada una de las tres variables de interés, in-cluyendo las dimensiones que presentan sus respectivos instrumentos (tablas 3, 4 y 5).
Después se presenta el análisis visual de las puntuaciones totales, complementando con los índices PND, NAP y PEM (figuras 1, 2 y 3).
Calidad de vida
Para el análisis de la calidad de vida informado por las participantes (tabla 3) se pueden observar tres dimensiones con cambios de moderados a grandes en los índices PND y NAP (≥ 0.5), y PEM (≥ 50), en las participantes 2 y 3. La dimensión que más cambios positivos tuvo fue la valoración en el nivel de satisfacción que se hace de las actividades pasadas, presentes y futuras, seguida de la capacidad sensorial y la participación social. Por último, la dimensión que evaluó el nivel de satisfacción en sus relaciones íntimas mejoró en la participante 2 (PND y PEM = 100; NAP = 1).
Respecto al análisis visual del comportamiento de la percepción de la calidad de vida reportada por las participantes (figura 1), los cambios más evidentes fue-ron en la participante 1. Los valores registrados en las observaciones posteriores a la intervención (O4, O5) incrementan su valor, por lo que la recta es ascenden-te, y entonces la tendencia se valora como positiva. Ese aumento en el puntaje muestra relación con los índices NAP = 0.62, y PEM = 50, presentando cambios moderados, al mostrar puntajes bajos en las evaluaciones iniciales e ir en aumento en el comportamiento de la variable posterior a la intervención. La magnitud de la recta es baja, manteniéndose estable el comportamiento; por último, hay poca dispersión de los datos, por lo que se puede interpretar escasa variabilidad.
Referente a la participante 2, el análisis visual ofrece una tendencia positiva posterior a la intervención con una magnitud moderada, porque resulta notorio el decremento de la puntuación previa a la intervención. Donde se puede apreciar la variabilidad de los datos.
El comportamiento de la recta referente a la participante 3 muestra un ligero aumento previo a la intervención. Sin embargo, las observaciones O1, O2, O4, y O5 presentan puntuaciones similares, teniendo una estabilidad temporal, y en consecuencia poca variabilidad.
Bienestar psicológico
El análisis de los datos proporcionados por las participantes mostró cambios moderados a grandes en la variable bienestar psicológico (tabla 4). La participante 2 es la que más cambios mostró, tanto en la puntuación total (PND = 100, NAP = 1, PEM = 100) como en las dimensiones, exceptuando la dimensión que evalúa la percepción de crecimiento personal. Por su parte la participante 1 mostró mejoras en tres dimensiones, autonomía (PND = 50, NAP = 0.83, PEM = 100), propósito en la vida (PND = 50, NAP = 0.75, PEM = 50), y crecimiento personal (PND = 100, NAP = 1, PEM = 100). En cuanto a la participante 3, tuvo un incremento moderado en su puntaje total (NAP = 0.5) y en sus dimensiones autonomía (NAP = 0.56, PEM = 66.67) y propósito en la vida (NAP = 0.83, PEM = 100).
En el análisis visual del bienestar psicológico reportado por las participantes (figura 2), se observa que la participante 1 muestra un comportamiento estable a lo largo del tiempo, incrementando ligeramente. Por otra parte, la recta de la participante 2 se mantiene con un pequeño decremento con una magnitud moderada de la pendiente. Hay homogeneidad de los datos, por tanto, poca variabilidad, presentando relación con los índices de no solapamiento que muestran cambios de moderados a grandes.
Respecto a la participante 3, reportó un aumento en la O3 y luego hay un moderado decremento en las últimas observaciones, siendo alta la magnitud de la recta. Nótese que las puntuaciones registradas después de la intervención son más altas que en las observaciones 1 y 2, mostrando relación con el índice NAP.
Funcionamiento cognitivo
Los resultados se muestran en la tabla 5. Dentro de los cinco diferentes dominios cognitivos que evalúa el ins-trumento, la velocidad de procesamiento (VP) mostró un efecto medio de cambio en la participante 1 (NAP = 0.5, PEM = 50), y la participante 2 (PND = 50, NAP = 0.75, PEM = 50), mientras que la memoria de trabajo (MT) tuvo un cambio positivo grande en la participante 3 (PND = 50, NAP = 0.83, PEM = 50).
Al comparar el análisis visual de la variable (figura 3), se identifica que las mediciones correspondien-tes a O5 son las que puntúan más elevadas, mostrando mejora desde la O4. Nótese que las tres participantes incrementan el valor en el desempeño de las tareas de evaluación del funcionamiento cognitivo, por lo que la recta es ascendente; entonces la inclinación o tendencia se valora como positiva. Además, la magnitud es moderada porque los valores de la variable aumentan lentamente. Los valores presentan dispersión en los datos, por lo que hay presencia de variabilidad, donde la tendencia de los datos es hacia puntuaciones elevadas en las observaciones 4 y 5.
DISCUSIÓN
Para comenzar con la discusión se retoma de nuevo el objetivo de este informe, el cual fue analizar los efectos del módulo de psicoestimulación cognitiva de la ICC sobre la calidad de vida, bienestar psicológico y funcionamiento cognitivo. Con la presentación de los resultados se afirma que se cumplió con el objetivo.
Para contestar cuáles fueron los efectos que presenta el comportamiento de las variables de interés luego de la intervención se retoma la hipótesis de investigación (H1), la cual fue que el módulo de psicoestimulación cognitiva de la ICC lograría preservar o incrementar las puntuaciones de calidad de vida, bienestar psicológico y funcionamiento cognitivo en las mujeres adultas mayores.
Con la evaluación del análisis visual de los datos y su contraste con los índices de no solapamiento, se interpreta que las variables se vieron preservadas a lo largo del tiempo porque las puntuaciones de las varia-bles de interés después de la intervención se mantienen o aumentan. Donde existe decremento en el comporta-miento de las variables puede ser debido al deterioro inherente del proceso de envejecimiento donde se pueden explicar las puntuaciones que decrementan a lo largo del tiempo (WHO, 2015).
Por tanto, la principal aportación del módulo de psicoestimulación cognitiva es que promovió la valoración de las participantes en su calidad de vida, bienestar psicológico y funcionamiento cognitivo.
Sobre todo en la calidad de vida se mejoraron las dimensiones en el nivel de satisfacción que se hace en las actividades pasadas, presentes y futuras, la capaci-dad sensorial, la participación social y en las relaciones íntimas. Todo ello de acuerdo con Cancino et al. (2018), quienes consideran que “la evidencia indica que con la edad aumenta considerablemente el riesgo de enferme-dad y dependencia […]” (p. 315). Por ello, la promoción del envejecimiento saludable enmarcada en el Informe Mundial sobre el Envejecimiento y la Salud, suscrito por la OMS, indica que “al evaluar las necesidades de salud de una persona mayor, no sólo es importante tener en cuenta las enfermedades concretas que puede presentar, sino también cómo éstas interactúan con el entorno y re-percuten en las trayectorias de funcionamiento” (WHO, 2015, p. 28).
Relacionado con el bienestar psicológico, al mejo-rar la percepción de autonomía, crecimiento personal y propósito en la vida, no sólo se trata de evaluar la salud o la enfermedad en la vejez, porque
Más allá de las pérdidas biológicas, la vejez con frecuencia conlleva otros cambios importantes. Se trata de cambios en los roles y las posiciones sociales, y la necesidad de hacer frente a la pérdida de relaciones estrechas. Así, los adultos mayores suelen concentrarse en un conjunto menor pero más importante de metas y actividades, además de optimizar sus capacidades presentes a través de la práctica y el uso de nuevas tecnologías y compensar la pérdida de algunas habilidades con otras maneras de realizar las tareas (WHO, 2015, p.27).
Asimismo y de acuerdo con Adams (2004), confor-me avanza la edad de las personas, los objetivos, las mo-tivaciones, las prioridades y los gustos también parecen cambiar. Si bien algunos de estos aspectos pueden ser re-sultado de la adaptación a la pérdida, otros, en cambio, y evidencian que “el desarrollo psicológico sostenido en la edad avanzada, que puede estar asociado a la adqui-sición de nuevos roles, puntos de vista y varios contextos sociales interrelacionados” (Baltes et al., 2005, en WHO, 2015, p. 27). Lo anterior puede explicar que en diversos contextos la vejez se relacione con una etapa de bienestar psicológico superior (Ryff, 2014), lo que va de acuerdo con los resultados encontrados en las dimensiones de autonomía, crecimiento personal y propósito en la vida, las cuales se vieron favorecidas después de la intervención en las mujeres adultas mayores participantes.
Al tratarse del funcionamiento cognitivo, la velocidad de procesamiento y la memoria de trabajo fueron las dos subescalas que tuvieron cambios positivos en su comportamiento.
Por último, la memoria de trabajo (MT) y la velocidad de procesamiento (VP) se vieron favorecidas, mientras el aprendizaje verbal inmediato y diferido y la fluidez verbal se mantuvieron estables a lo largo del tiempo con el mó-dulo de psicoestimulación cognitiva de la ICC, con lo cual se logra preservar o incrementar las funciones cognitivas de memoria, atención y orientación que van de acuerdo con lo propuesto en el manual de Puig (2009).
Respecto a la modalidad de la intervención, su aplicación de manera virtual se efectuó dadas las condiciones de confinamiento derivadas de la pandemia por Covid 19 impuestas a nivel nacional e internacional. De ahí que el propósito de esta investigación no consideró necesario evaluar el impacto de la modalidad en línea, ya que, de acuerdo con Olthuis et al. (2016), la evidencia indica que la TCC en línea asistida por un terapeuta puede no ser significativamente diferente de la TCC presencial.
CONCLUSIONES
Las participantes se vieron favorecidas con el módulo de psicoestimulación cognitiva de la ICC en relación con su percepción de calidad de vida y bienestar psicológico, además del desempeño en las tareas de evaluación de su funcionamiento cognitivo, y con ello preservar o incrementar dicho funcionamiento, con lo cual se mantiene, a lo largo del mayor tiempo posible, una capacidad funcio-nal estable en la vejez teniendo en cuenta las recomenda-ciones de la OMS para fomentar y mantener la capacidad funcional de los adultos mayores para que puedan gozar de una mejor calidad de vida y bienestar psicológico.
La aportación más importante de este estudio es que muestra evidencia respecto a la contribución de un entrenamiento en psicoestimulación cognitiva, el cual puede contribuir a detener la curva de deterioro cognitivo, en donde se busca que las personas mayores puedan llevar una vida autosuficiente y sean capaces de efectuar sus actividades cotidianas libres de discapacidad.
Cuando se habla de envejecimiento “saludable”, no necesariamente nos referimos a la ausencia de enfermedades, porque en la vejez es inevitable la presencia de morbilidad que surge como resultado de la carga genética y la exposición a factores de riesgo del entorno; más bien se alude a concebirlo como un proceso para preservar la capacidad funcional, y con ello lograr un estado de bienestar durante esta etapa de vida.
Por ello, es importante el estudio de estos conceptos desde la perspectiva de la Psicología, pues se han logrado avances importantes en la construcción de los mismos.
Por otra parte, se reconoce que el entrenamiento en el funcionamiento cognitivo, mediante la psicoestimulación cognitiva, independientemente del nivel cognitivo de las personas, promueve el mantenimiento del nivel de independencia y autonomía de las personas adultas mayores.
Acerca de las limitaciones que presenta el estudio se reconocen, en primer lugar, el deterioro de salud derivado de otras enfermedades (artritis reumatoide, Covid 19, fibromialgia, diabetes) que padecen las participantes; también resulta una limitante al no evaluar las características propias de cada enfermedad, por lo que pueden considerarse una variable extraña. Es necesario mencionar que las participantes tuvieron, durante toda la intervención, apoyo de médicos especialistas, y las condiciones de salud nunca se vieron comprometidas.
Por último, no se contempló el impacto psicológico por situación de pandemia. Para futuras investigaciones se sugiere tener en cuenta el suceso de la contingencia sanitaria como factor importante en esta cohorte, ya que en múltiples investigaciones se ha comprobado que se pueden presentar características negativas en la salud derivado de la situación mencionada (Broche-Pérez et al., 2020; Jac-kson et al., 2020; Palomera-Chávez et al., 2021).
Por tal razón, en la medida de lo posible se sugiere desarrollar intervenciones para fomentar y preservar la capacidad funcional. Su función se hace más relevante en el diseño de intervenciones psicológicas cuyo compromiso sea garantizar una vida de calidad, lograr el bienestar psicológico y mantener o incrementar el funcionamiento cognitivo de los adultos mayores.
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Cómo citar:APA6 | Cruz-Peralta, M. J., & González-Celis, A. L. (2023). Intervención cognitivo-conductual para favorecer calidad de vida, bienestar psicológico y funcionamiento cognitivo en adultos mayores. Revista Digital Internacional de Psicología y Ciencia Social, 9(1), e912023469. https://doi.org/10.22402/j.rdipycs.unam.e.9.1.2023.469 |